El conflicto cumple un año


El prolongado conflicto entre el Gobierno y el agro arrancó el 11 de marzo de 2008 y un año después continúa en un marco de nuevas conversaciones entre el sector oficial y la Mesa de Enlace, en medio de tironeos entre los productores sobre la conveniencia de los acuerdos propuestos por la Casa Rosada.

El 11 de marzo de 2008 la administración de Cristina Kirchner anunció un cambio del sistema de retenciones para la soja, el girasol, el trigo y el maíz, por el cual las alícuotas fijas se cambiaban por móviles.

A partir de ese momento, se desató una lucha impensada entre el Poder Ejecutivo y el sector agropecuario.

La Resolución 125/08 firmada por el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, encontró a los productores en plena cosecha de soja y maíz.

Lousteau, a quien el conflicto con el campo le costó el cargo, dijo que impulsó las retenciones móviles porque la postura del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, era subir las retenciones a la soja al 63 por ciento y fijando el precio, como se hizo con el petróleo en su momento.

El ex ministro dijo que el problema era qué se hacía con los subsidios, que se venían cuadruplicando y ya eran equivalentes al 3 por ciento del Producto Bruto, que es el superávit.

"Había un sector del Gobierno que no quería deshacer el sistema de subsidios. Fue una pelea importante y bastante tensionante", admitió Lousteau.

El ex ministro explicó que "la respuesta para mantener los subsidios era subir las retenciones a la soja. Desde el ministerio pensábamos que el precio estaba alto y había que sostenerlo, pero podía caer. Sigo creyendo que la movilidad hubiera sido un buen acuerdo".

En ese marco de conflicto, la reacción agropecuaria más fuerte se desató luego de un duro discurso que pronunció la presidenta el 25 de marzo, donde criticó con fuerza a los productores.

Las cuatro entidades gremiales nacionales (CRA, Federación Agraria, Sociedad Rural y Coninagro) se unieron en la denominada Mesa de Enlace y declararon una serie de medidas que derivaron en la presencia masiva de sus asociados al borde de las rutas y bloqueos de vías interurbanas, entre otras acciones.

Luego se sumó un paro de empresarios transportistas con bloqueo de rutas, que intensificó el desabastecimiento de las ciudades, las inversiones en insumos del agro y en el comercio interno y externo.

El 25 de Mayo los productores se volcaron al monumento de la Bandera en Rosario y fue la primera manifestación de unidad del campo en la que los organizadores anunciaron la presencia de 300 mil personas.

Después de 95 días, el sábado 14 de junio la Gendarmería intentó desalojar a los ruralistas que bloqueaban la Ruta 14 en Gualeguaychú, y Alfredo De Angeli quedó preso unas horas junto con otros 18 productores.

El 17 de junio, la presidenta Cristina Kirchner remitió al Congreso un proyecto de ley sobre retenciones a las exportaciones de granos y las compensaciones a pequeños productores, que podía ser aprobado o derogado por el Poder Legislativo, pero no modificado.

El domingo 19 de junio, Día del Padre, apareció en escena el vicepresidente Julio Cobos, quien solicitó a través de una carta el retorno al diálogo entre las partes y comenzó a oficializar su distanciamiento con la Casa Rosada.

La jornada siguiente, Día de la Bandera, aparecieron cacerolazos en la Capital y manifestaciones en distintos centros urbanos del país, en los cuales se reclamaba un retorno al diálogo.

En la madrugada del 17 de julio, el Senado, en una votación dramática que debió ser desempatada por el vicepresidente Cobos, rechazó el proyecto de ley sobre retenciones enviado por el Poder Ejecutivo, que había sido previamente aprobado con modificaciones por Diputados con 129 votos a favor, 122 en contra y dos abstenciones.

El 18 de julio, en medio de una gran convulsión política, Cristina ordenó dejar sin efecto la Resolución 125/08, luego de lo cual se intentó encarar una etapa de diálogo con altibajos.

A pesar del cambio de secretario de Agricultura, ya que asumió Carlos Cheppi en lugar de Javier De Urquiza, las negociaciones para el campo habían llegado a un punto muerto, y en la historia quedaban más de 120 días de protestas generalizadas.

En su transcurso, los camiones que estuvieron varados en las rutas durante días debieron derramar la leche que transportaban.

El agro retomó su vieja agenda de reclamos para la ganadería, la lechería y las economías regionales mientras varios gobernadores se sumaron al reclamo del campo y Cobos levantó el perfil de su imagen.

La sequía se convirtió en un convidado de piedra que agudizó la crisis socioeconómica que generó el campo, sumado a la caída de los precios internacionales.

El martes 24 de febrero de 2009, dos horas después de que cesó el paro de comercialización con un acatamiento del 90 por ciento, los ministros del Interior y de la Producción, Florencio Randazzo y Débora Giorgi, recibieron a los integrantes de la Mesa de Enlace en la primera reunión entre el Gobierno y el agro en siete meses.

Como resultado del segundo encuentro, el martes 3 de marzo, luego de una intervención de Cristina en la mesa de negociaciones, los representantes de la Mesa de Enlace firmaron actas-acuerdo por primera vez con el Gobierno.

Al día siguiente mismos productores de base y dirigentes como Pedro Apaolaza (CARBAP) y el propio De Angeli, comenzaron a torpedear el acuerdo alcanzado.

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