Jugando así, con lucidez ofensiva y firme carácter, es capaz de todo

Sólo porque es fútbol, y este apasionante deporte ha demostrado infinidad de veces que jamás se debe festejar antes de tiempo, no sería atinado ni prudente aseverar que Estudiantes ya está entre los ocho mejores equipos de la presente edición de la Copa Libertadores de América.

Absolutamente nadie sabe qué puede ocurrir en Paraguay, cuánto va a crecer en su localía el buen equipo de Libertad, ni cómo rendirán los muchachos de Sabella cuando el árbitro pite el inicio de la revancha. Las certezas, varias y contundentes, todavía perduran en el aire de la ciudad después del gran show copero que arañó la goleada.

La única nota triste para la muchedumbre envalentonada fue la imposibilidad de deleitarse más tiempo con el andar preciso y punzante, como nunca con la pilcha del "León", de un Gastón Fernández encendido a pleno. El capítulo que jugó le alcanzó para ser la figura más destacada de la noche. Hizo casi todo a la perfección. Un gol, gambetas venenosas, habilitaciones propias de un exquisito y la nítida sensación de que le iba a salir impecable cualquier bailoteo que ensayaran sus piernas.

Esta "Gata" vale un montón. Ahora sí sobresale por talento un nueve-diez que genera, con la fina complicidad de Verón y Benítez, ese salto de calidad digno de los más envidiables elogios.

SI CAPPA LO VIO, APLAUDIO

Seguramente, el director técnico de Huracán (próximo huésped en la agenda local) se habrá deleitado con el variado menú de sociedades creativas que ofreció el ganador durante la etapa inicial. Angel Cappa debe haber sentido propio el fútbol de alto vuelo que volvió a tener en la "Brujita" al tutor indispensable y natural. Si Verón hubiera convertido en éxtasis popular aquella impecable trepada que protagonizó por la autopista derecha, algunos locos se habrían ido del estadio.

El mísero uno a cero con el que los hinchas arribaron al cafecito del entretiempo, no logró minimizar la euforia ni el orgullo de quienes aplaudieron como lo hacen en un teatro y frente a artistas de renombre.

El segundo tiempo también tuvo combinaciones certeras (el tercer gol fue una de ellas), pero el penal mal sancionado por el brasileño Simón resultó un golpe mortal para los tibios planes de recuperación que habían trazado los dirigidos por el argentino Torrente.

SABELLA, UN JEFE SILENCIOSO

Fiel a esa camperita de lana color té con leche y a los prolijos jeans, que terminan de darle sobriedad al uniforme que viste en los días de partido, "Pachorra" se muestra sereno y cauto como si la impresionante racha invicta que lleva su etapa conductiva, se hubiera construido con partidos amistosos.

Sin regalarse jamás, al menos en la faceta pública, una mueca de euforia, el técnico no para de recibir solicitudes de disculpas de hinchas genuinamente arrepentidos de no haberle otorgado un crédito de confianza.

Diez partidos sin perder es un rato largo que excede con holgura a los vaivenes de la suerte. Estudiantes evidenció un quiebre sumamente positivo la tardecita en que venció a Newell's por la mínima diferencia. Ese día no brilló ni goleó, pero soldó su armadura de equipo tan técnico como guerrero. Este "León" muerde en toda la cancha y eso le otorga el estatus de enemigo bravísimo para cualquiera que se le pare adelante.

Todavía no está en cuartos de final. Falta la revancha en tierra guaraní. De todos modos, lo que expuso el último jueves convirtió a cada fanático en una fábrica de sueños. Es lógico que suceda.