Los hooligans volvieron con todo
Un hombre fue apuñalado en el choque West Ham y Millwall, por la Liga
| 27 de Agosto de 2009 | 00:00

LONDRES, Inglaterra.- Muchas veces se dice que la violencia es patrimonio exclusivo de Sudamérica. Y se pone el fútbol europeo como ejemplo a seguir. Sin embargo, no siempre todo lo que viene de afuera es mejor y esto quedó claro, ya que en Inglaterra se agarraron varios centenares de hinchas y un hombres fue apuñalado el martes por la noche, cerca del estadio Upton Park, donde se disputaba un partido de la Copa de la Liga inglesa entre West Ham y Millwall. La víctima tiene 44 años, recibió el ataque en el pecho y fue hospitalizada, aunque se encuentra estable.
Un testigo del hecho, llamado John Whittingham, declaró que "hubo muchas peleas y enfrentamientos antes del inicio del partido. He visto bastantes personas con la cara ensangrentada. Hubo muchos gritos y se lanzaron muchas botellas". Según otras declaraciones, también volaron ladrillos y bengalas.
Tambien en la cancha
La violencia siguió en la cancha, ya que en el interior del estadio, a pesar de la intervención de la policía y los vigilantes, cientos de aficionados invadieron el terreno tras el pitido final del partido. El resultado fue 3 a 1 a favor del West Ham, pero eso es anecdótico. Ya antes, el partido había sido interrumpido en varias ocasiones por presencia de hinchas sobre el césped.
Tras el cotejo, los policías antidisturbios y la montada se desplegaron por las calles de los alrededores del estadio y un helicóptero se envió al lugar como medida de control. La policía comunicó que al menos trece personas fueron detenidas. Y se llegó a la especulación de que la pelea fue planificada de antes.
Temen por su vuelta
La pelea dejó en alerta al fútbol inglés, que teme por la vuelta de los hooligans. Sin embargo, el ministro del Interior de ese país, Alan Johnson ratificó que "el hecho fue vergonzoso, pero cualquiera que piense que el vandalismo tiene algún tipo de cabida en el fútbol moderno sigue viviendo en la época de las cavernas". A todo esto, la Federación Inglesa (FA) afirmó que los implicados serán sancionados de "por vida".
Entre los dos equipos ya hay una rivalidad histórica. Y los dirigentes de cada club se expresaron en relación a los hechos de violencia. El consejero delegado del West Ham, Scott Duxbury, lanzó un mensaje tranquilizador en el que insistía en que "éste es un equipo familiar y las personas relacionadas con el club están en estado de shock y destrozadas por lo sucedido. Fue una minoría de hooligans la responsable de la violencia y la gran mayoría de seguidores del West Ham son hinchas leales que respetan la ley".
Por su parte, la dirigencia del Millwall se comprometió a colaborar para identificar a los culpables. Además pusieron énfasis en las pocas localidades que les dieron. Los medios ingleses también repudiaron todas estas cuestiones. En el país la noticia fue muy divulgada y muchos se sintieron avergonzados y con miedo por la vuelta de la violencia, que tantos problemas trajo en el fútbol inglés.
Igualmente, el mencionado Alan Johnson insistió en que éste fue un hecho en particular y que no hay que pensar en que los hooligans regresaron. "Los días oscuros de la violencia de los años 70 y 80 pertenecen al pasado gracias al control policial, a las sanciones y a un cambio en la actitud de los seguidores", destacó.
Un testigo del hecho, llamado John Whittingham, declaró que "hubo muchas peleas y enfrentamientos antes del inicio del partido. He visto bastantes personas con la cara ensangrentada. Hubo muchos gritos y se lanzaron muchas botellas". Según otras declaraciones, también volaron ladrillos y bengalas.
Tambien en la cancha
La violencia siguió en la cancha, ya que en el interior del estadio, a pesar de la intervención de la policía y los vigilantes, cientos de aficionados invadieron el terreno tras el pitido final del partido. El resultado fue 3 a 1 a favor del West Ham, pero eso es anecdótico. Ya antes, el partido había sido interrumpido en varias ocasiones por presencia de hinchas sobre el césped.
Tras el cotejo, los policías antidisturbios y la montada se desplegaron por las calles de los alrededores del estadio y un helicóptero se envió al lugar como medida de control. La policía comunicó que al menos trece personas fueron detenidas. Y se llegó a la especulación de que la pelea fue planificada de antes.
Temen por su vuelta
La pelea dejó en alerta al fútbol inglés, que teme por la vuelta de los hooligans. Sin embargo, el ministro del Interior de ese país, Alan Johnson ratificó que "el hecho fue vergonzoso, pero cualquiera que piense que el vandalismo tiene algún tipo de cabida en el fútbol moderno sigue viviendo en la época de las cavernas". A todo esto, la Federación Inglesa (FA) afirmó que los implicados serán sancionados de "por vida".
Entre los dos equipos ya hay una rivalidad histórica. Y los dirigentes de cada club se expresaron en relación a los hechos de violencia. El consejero delegado del West Ham, Scott Duxbury, lanzó un mensaje tranquilizador en el que insistía en que "éste es un equipo familiar y las personas relacionadas con el club están en estado de shock y destrozadas por lo sucedido. Fue una minoría de hooligans la responsable de la violencia y la gran mayoría de seguidores del West Ham son hinchas leales que respetan la ley".
Por su parte, la dirigencia del Millwall se comprometió a colaborar para identificar a los culpables. Además pusieron énfasis en las pocas localidades que les dieron. Los medios ingleses también repudiaron todas estas cuestiones. En el país la noticia fue muy divulgada y muchos se sintieron avergonzados y con miedo por la vuelta de la violencia, que tantos problemas trajo en el fútbol inglés.
Igualmente, el mencionado Alan Johnson insistió en que éste fue un hecho en particular y que no hay que pensar en que los hooligans regresaron. "Los días oscuros de la violencia de los años 70 y 80 pertenecen al pasado gracias al control policial, a las sanciones y a un cambio en la actitud de los seguidores", destacó.
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