"Hace tiempo descubrí que nada es tan grave"
La conductora, periodista y ex modelo se confiesa y cuenta cómo fueron sus inicios. "En 2001 dejé de tener miedo"
| 28 de Noviembre de 2010 | 00:00

A Teté se le puede aplicar, sin temor a exagerar, el famoso slogan publicitario "Has recorrido un largo camino, muchacha...". Esta mujer amada y admirada, que triunfó en todo lo que intentó, nació lejos de la cuna del éxito que es Buenos Aires. Stella Maris Coustarot, su verdadero nombre, nació en General Roca, corazón de la Patagonia, el 20 de junio de 1950.
Nunca estuvo en sus planes, o en sus fantasías, ser una top model o tapa de revistas del corazón. Su destino, aparentemente, era ser maestra como su mamá. De hecho, entró al colegio a los 4 años y se recibió de maestra a los 15. Todo un récord. Pero decidió ir por más. A los 16 años se instaló en La Plata para estudiar periodismo en la UNLP.
"Ir a La Plata surgió como algo natural -recuerda- porque mi hermana mayor ya estaba allí estudiando Farmacia y Bioquímica. Significaba, además, una gran cuota de confianza por parte de mis padres. ¡Era 1966 y tenía 16 años! Nos comunicábamos por carta porque para hablar por teléfono había que pedir larga distancia. Irme a vivir sola y manejarme con la plata que me mandaba papá fue un gran cambio. Almorzaba en el comedor universitario y al poco tiempo descubrí que tenía horas libres y podía empezar a trabajar. Yo siempre trabajé. Vendí autos, fui promotora en una casa de electrodomésticos...Soy una mujer todoterreno".
LE GOLPEARON LA PUERTA
Pero como el hombre propone pero el azar dispone, estando de vacaciones con sus padres en Mar del Plata, su vida dio un giro de 180 grados. Considerada por sus vecinos como "la" belleza de General Roca, había ganado dos concursos: la Reina de la Manzana y la Reina de la Patagonia. Y eso era todo. Hasta que en La Feliz la vio el fotógrafo fashion Osvaldo Dubini, que estaba buscando a Miss Siete Días, la revista top del momento.
Por supuesto, ganó. Porque a veces, hay que admitirlo, dos más dos es cuatro. Es decir, se da la lógica. "Mi hermana Diana le dio mis datos a Dubini -cuenta-. Mi prima me prestó un vestido y una amiga los zapatos. El concurso te daba un contrato para trabajar en la revista Claudia. Como era Miss Siete Días cada tanto salía en la tapa de una revista. Recuerdo que la primera vez fue impactante: caminaba por Florida y me veía ahí, colgada en los quioscos. ¡Era muy fuerte!".
SUS HOMBRES
Así nació la Teté Coustarot que todos conocemos. Lo que siguió a este primer éxito fue, como siempre, la vida. A los 19 años se enamoró de Quique Villar que tenía 37. Con él tuvo su hija Josefina, que es profesora de yoga y tiene 32 años. "Quique me enseñó lo que es vivir en pareja -confiesa-. Estuvimos 19 años juntos. Fue la persona con la que más conviví".
Después llegó a su vida el empresario Juan Lalor y desde hace siete años Carlos Gaziglia. "De Carlos me enamoraron varias cosas. Primero, que es una persona muy transparente. Tenemos la misma edad, una experiencia parecida...Podemos vivir cada uno en su casa con tres cuadras de diferencia. En cada relación pensé que era para siempre -aclara-. Si no, no me meto de cabeza. Tengo una apuesta de fe bastante grande".
Por supuesto, hubo otros hombres en su vida. Pero no en la vida de su corazón sino en su vida laboral. "Con Fernando Bravo trabajé muy bien -comenta-. Nunca tuve la fantasía de ser la única conductora. Siempre pienso en la conducción con un hombre, porque la vida es así. Trabajé con César Massetti, Víctor Hugo Morales, Rolando Hanglin, Santo Biasatti, Chacho Marchetti, Juan Carlos Rousselot, Alejandro Fantino...En los noticieros fueron buenas experiencias con César y Víctor Hugo. Rousselot tuvo mucha paciencia conmigo, porque nadie te enseña en la televisión. Santo Biasatti también".
"NADA ES TAN GRAVE"
Como todo hombre y toda mujer, Teté, más allá de su éxito, conoció la incertidumbre. La sensación de caída libre que producen el miedo y la desdicha. Ni siquiera ella, con todo a su favor, pudo evitar ser parte de la Argentina, país que cada tanto extravía el rumbo.
"A partir de 2001 perdí los miedos -asegura-. Me quedé sin trabajo, me quedé sin plata. Tenía todo en el Banco, todo...Y me di cuenta de que me salió un espíritu de lucha que no creía tener. Hace tiempo descubrí que nada es tan grave".
Nunca estuvo en sus planes, o en sus fantasías, ser una top model o tapa de revistas del corazón. Su destino, aparentemente, era ser maestra como su mamá. De hecho, entró al colegio a los 4 años y se recibió de maestra a los 15. Todo un récord. Pero decidió ir por más. A los 16 años se instaló en La Plata para estudiar periodismo en la UNLP.
"Ir a La Plata surgió como algo natural -recuerda- porque mi hermana mayor ya estaba allí estudiando Farmacia y Bioquímica. Significaba, además, una gran cuota de confianza por parte de mis padres. ¡Era 1966 y tenía 16 años! Nos comunicábamos por carta porque para hablar por teléfono había que pedir larga distancia. Irme a vivir sola y manejarme con la plata que me mandaba papá fue un gran cambio. Almorzaba en el comedor universitario y al poco tiempo descubrí que tenía horas libres y podía empezar a trabajar. Yo siempre trabajé. Vendí autos, fui promotora en una casa de electrodomésticos...Soy una mujer todoterreno".
LE GOLPEARON LA PUERTA
Pero como el hombre propone pero el azar dispone, estando de vacaciones con sus padres en Mar del Plata, su vida dio un giro de 180 grados. Considerada por sus vecinos como "la" belleza de General Roca, había ganado dos concursos: la Reina de la Manzana y la Reina de la Patagonia. Y eso era todo. Hasta que en La Feliz la vio el fotógrafo fashion Osvaldo Dubini, que estaba buscando a Miss Siete Días, la revista top del momento.
Por supuesto, ganó. Porque a veces, hay que admitirlo, dos más dos es cuatro. Es decir, se da la lógica. "Mi hermana Diana le dio mis datos a Dubini -cuenta-. Mi prima me prestó un vestido y una amiga los zapatos. El concurso te daba un contrato para trabajar en la revista Claudia. Como era Miss Siete Días cada tanto salía en la tapa de una revista. Recuerdo que la primera vez fue impactante: caminaba por Florida y me veía ahí, colgada en los quioscos. ¡Era muy fuerte!".
SUS HOMBRES
Así nació la Teté Coustarot que todos conocemos. Lo que siguió a este primer éxito fue, como siempre, la vida. A los 19 años se enamoró de Quique Villar que tenía 37. Con él tuvo su hija Josefina, que es profesora de yoga y tiene 32 años. "Quique me enseñó lo que es vivir en pareja -confiesa-. Estuvimos 19 años juntos. Fue la persona con la que más conviví".
Después llegó a su vida el empresario Juan Lalor y desde hace siete años Carlos Gaziglia. "De Carlos me enamoraron varias cosas. Primero, que es una persona muy transparente. Tenemos la misma edad, una experiencia parecida...Podemos vivir cada uno en su casa con tres cuadras de diferencia. En cada relación pensé que era para siempre -aclara-. Si no, no me meto de cabeza. Tengo una apuesta de fe bastante grande".
Por supuesto, hubo otros hombres en su vida. Pero no en la vida de su corazón sino en su vida laboral. "Con Fernando Bravo trabajé muy bien -comenta-. Nunca tuve la fantasía de ser la única conductora. Siempre pienso en la conducción con un hombre, porque la vida es así. Trabajé con César Massetti, Víctor Hugo Morales, Rolando Hanglin, Santo Biasatti, Chacho Marchetti, Juan Carlos Rousselot, Alejandro Fantino...En los noticieros fueron buenas experiencias con César y Víctor Hugo. Rousselot tuvo mucha paciencia conmigo, porque nadie te enseña en la televisión. Santo Biasatti también".
"NADA ES TAN GRAVE"
Como todo hombre y toda mujer, Teté, más allá de su éxito, conoció la incertidumbre. La sensación de caída libre que producen el miedo y la desdicha. Ni siquiera ella, con todo a su favor, pudo evitar ser parte de la Argentina, país que cada tanto extravía el rumbo.
"A partir de 2001 perdí los miedos -asegura-. Me quedé sin trabajo, me quedé sin plata. Tenía todo en el Banco, todo...Y me di cuenta de que me salió un espíritu de lucha que no creía tener. Hace tiempo descubrí que nada es tan grave".
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE