Tironeos con el Museo por los restos de un cacique mapuche
Esta vez el reclamo pertenece al museólogo Ariel Calfucurá
| 13 de Marzo de 2010 | 00:00
Ariel reivindica ser descendiente del Cacique Calfucurá y desde hace varios años persigue un proyecto que considera inclaudicable: conseguir que los restos del caudillo mapuche que están en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata se devuelvan a su familia para que sean enterrados "con todos los honores".
Calfucurá -Piedra Azul, en castellano- fue el último cacique que negoció con gobernantes y combatió contra el ejército criollo, hasta que fue vencido por tropas del presidente Domingo Faustino Sarmiento. Murió el 4 de junio de 1873, pero según datos históricos su tumba fue profanada por soldados y a fines del siglo XIX sus restos fueron transportados al Museo de Ciencias Naturales de La Plata. "Yo vi su cráneo, estaba en una especie de repisa y hasta lo tuve en mis manos. En su momento él fue enterrado con todos los honores, con su platería y objetos personales y yo anhelo que vuelva a una sepultura mapuche. Soy su descendiente y tengo el derecho de pedir eso", indicó Ariel Calfucurá.
El joven que hace unos años se recibió de museólogo asegura que la sangre mapuche corre por sus venas. "Yo tengo familiares en Neuquén y la idea es construir un gran cementerio aborigen dónde esté el jefe de todos los mapuches, un cacique que gobernó durante más de 40 años y que se caracterizó por pelear por la unión de su pueblo con mucha valentía y garra", contó durante una recorrida que hizo por las instalaciones de la institución que conserva los restos de Calfucurá.
Es que para Ariel la talla del cacique creció en sus afectos a raíz de una historia familiar que fue recreada una y otra vez por sus abuelos. Ellos hablaban en una lengua que resultaba extraña, pero venerable, aunque el temor de la discriminación del blanco siempre estuviera presente.
"Mi abuela tenía muchas recetas de comidas que se fueron pasando de boca en boca, además me enseñaron que hay que tener respeto por los muertos y por los antepasados. Crecí con los relatos que me contaban acerca de la protección de los espíritus y de las luchas que protagonizó Calfucurá", agregó.
LO QUE DICEN EN EL MUSEO
Silvia Ametrano, directora del Museo de Ciencias Naturales señaló ayer que Ariel Calfucurá nunca presentó un reclamo formal para que se le restituyan los restos del cacique. "En el Museo se conserva el cráneo y ya tuvimos dos pedidos de restitución, uno de la comunidad mapuche de Neuquén y otro de la comunidad mapuche de Trenque Lauquen. Todo está siendo analizado por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, si él hiciera lo mismo y se comprueba que es descendiente directo, se podría considerar", dijo Ametrano.
Calfucurá -Piedra Azul, en castellano- fue el último cacique que negoció con gobernantes y combatió contra el ejército criollo, hasta que fue vencido por tropas del presidente Domingo Faustino Sarmiento. Murió el 4 de junio de 1873, pero según datos históricos su tumba fue profanada por soldados y a fines del siglo XIX sus restos fueron transportados al Museo de Ciencias Naturales de La Plata. "Yo vi su cráneo, estaba en una especie de repisa y hasta lo tuve en mis manos. En su momento él fue enterrado con todos los honores, con su platería y objetos personales y yo anhelo que vuelva a una sepultura mapuche. Soy su descendiente y tengo el derecho de pedir eso", indicó Ariel Calfucurá.
El joven que hace unos años se recibió de museólogo asegura que la sangre mapuche corre por sus venas. "Yo tengo familiares en Neuquén y la idea es construir un gran cementerio aborigen dónde esté el jefe de todos los mapuches, un cacique que gobernó durante más de 40 años y que se caracterizó por pelear por la unión de su pueblo con mucha valentía y garra", contó durante una recorrida que hizo por las instalaciones de la institución que conserva los restos de Calfucurá.
Es que para Ariel la talla del cacique creció en sus afectos a raíz de una historia familiar que fue recreada una y otra vez por sus abuelos. Ellos hablaban en una lengua que resultaba extraña, pero venerable, aunque el temor de la discriminación del blanco siempre estuviera presente.
"Mi abuela tenía muchas recetas de comidas que se fueron pasando de boca en boca, además me enseñaron que hay que tener respeto por los muertos y por los antepasados. Crecí con los relatos que me contaban acerca de la protección de los espíritus y de las luchas que protagonizó Calfucurá", agregó.
LO QUE DICEN EN EL MUSEO
Silvia Ametrano, directora del Museo de Ciencias Naturales señaló ayer que Ariel Calfucurá nunca presentó un reclamo formal para que se le restituyan los restos del cacique. "En el Museo se conserva el cráneo y ya tuvimos dos pedidos de restitución, uno de la comunidad mapuche de Neuquén y otro de la comunidad mapuche de Trenque Lauquen. Todo está siendo analizado por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, si él hiciera lo mismo y se comprueba que es descendiente directo, se podría considerar", dijo Ametrano.
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