La laguna Cochicó no defrauda
| 2 de Septiembre de 2010 | 00:00
La pesca que se viene registrando en la laguna de Cochicó bien justifica el viaje hasta el lejano distrito de Guaminí, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Hace unos días fuimos hasta ese espejo de agua y nos embarcamos alrededor de las 10; navegamos no más de cinco minutos y anclamos en las cercanías de la zona conocida como el pesquero de Don Otto.
El clima era verdaderamente primaveral al punto de que en algún momento nos encontrábamos en remera; la temperatura era de unos 20 grados y el viento era muy leve.
Se notaban en forma continua en el agua los borbollones que hacían los pejerreyes y que anticipaban una buena jornada pescadora.
Preparamos líneas de dos y tres boyas con bajadas de entre 40 y 70 cm. ya que la profundidad donde nos hallábamos no superaba el metro y medio.
CAPTURAS
Tras las primeras capturas de piezas que dieron la medida (25 centímetros) optamos por movernos más hacia el medio de la laguna para intentar localizar algunos ejemplares de portes más significativos, pero sin alejarnos demasiado de la zona.
Luego de efectuadas las correcciones de profundidad (estaba unos treinta centímetros más arriba debido al calor por el agua más templada) comenzanos a tener piques nuevamente, pero en esta ocasión los tamaños de los ejemplares capturados era mejores.
De esa manera pudimos pescar hasta cerca de las 16, momento en el que el pique se interrumpió, por lo cual decidimos emprender el regreso con la cuota cumplida y habiendo disfrutado de una muy interesante pesca durante una jornada que de algún modo fue un anticipo de la inminente primavera.
Hace unos días fuimos hasta ese espejo de agua y nos embarcamos alrededor de las 10; navegamos no más de cinco minutos y anclamos en las cercanías de la zona conocida como el pesquero de Don Otto.
El clima era verdaderamente primaveral al punto de que en algún momento nos encontrábamos en remera; la temperatura era de unos 20 grados y el viento era muy leve.
Se notaban en forma continua en el agua los borbollones que hacían los pejerreyes y que anticipaban una buena jornada pescadora.
Preparamos líneas de dos y tres boyas con bajadas de entre 40 y 70 cm. ya que la profundidad donde nos hallábamos no superaba el metro y medio.
CAPTURAS
Tras las primeras capturas de piezas que dieron la medida (25 centímetros) optamos por movernos más hacia el medio de la laguna para intentar localizar algunos ejemplares de portes más significativos, pero sin alejarnos demasiado de la zona.
Luego de efectuadas las correcciones de profundidad (estaba unos treinta centímetros más arriba debido al calor por el agua más templada) comenzanos a tener piques nuevamente, pero en esta ocasión los tamaños de los ejemplares capturados era mejores.
De esa manera pudimos pescar hasta cerca de las 16, momento en el que el pique se interrumpió, por lo cual decidimos emprender el regreso con la cuota cumplida y habiendo disfrutado de una muy interesante pesca durante una jornada que de algún modo fue un anticipo de la inminente primavera.
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