Estalló una bomba en la escuela de cadetes del SPB: un bombero herido

Se trata de un perito en explosivos. Quiso manipular el artefacto y perdió una mano. Tiene la otra muy comprometida

El ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, habló sobre el grave incidente y opinó que se trató de la “obra de un desquiciado, de un demente”

Anoche, un equipo de cirujanos trabajaba denodadamente en el hospital San Martín para reconstruirle la mano izquierda al capitán Carlos González (49), un perito de la Brigada Explosivos de La Plata, quien por la mañana había acudido a una denuncia en la Escuela de Cadetes del Servicio Penitenciario bonaerense, por la aparición de una bomba de fabricación casera, la cual se detonó y le provocó la pérdida de la mano derecha, entre otras gravísimas lesiones.

Según pudo saber este diario, González llegó al sector del predio que da a la calle 135 entre 43 y 44, donde algunos empleados se sobresaltaron al descubrir que, dentro de un envoltorio de papeles de diario, apoyado sobre la ventana de la oficina de personal, se podía ver un caño galvanizado con varios cables en su interior.

Nadie en ese momento supo la procedencia del misterioso paquete, aunque tampoco intentaron averiguar demasiado: ante la posibilidad de que se tratara de una bomba, llamaron al 911 y, de inmediato, al tiempo que los propios empleados se ponían a resguardo, se montó un importante operativo de seguridad.

González, de acuerdo al relato de fuentes del caso, se colocó el traje especial que se utiliza en este tipo de emergencias y, cuando intentaba retirar el embalaje, el aparato estalló.

Los voceros agregaron que el estruendo fue muy fuerte y se escuchó a varias cuadras a la redonda. Hubo rotura de vidrios, ventanas y mobiliarios. Pero la peor parte se la llevó el perito, quien sufrió la amputación de su mano derecha y terribles lesiones en la otra.

En medio de la desesperación que se vivía en el lugar, por tan impensado desenlace, el hombre fue asistido por otros compañeros de la fuerza y del propio SPB, quienes lo contuvieron y refrescaron hasta que lo cargaron en una ambulancia y lo derivaron al San Martín.

SOSPECHAS

Desde un primer instante, las sospechas apuntaron a un posible conflicto de índole interna. Y, ante las primeras averiguaciones, surgió una pista. Hubo un allanamiento y la Policía demoró a un penitenciario, pero horas más tarde lo volvieron a dejar en la libertad (ver aparte).

El ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, estuvo en la escuela de cadetes del SPB y opinó que se trató de la "obra de un desquiciado, de un demente".

"Una persona que decide poner un artefacto explosivo en la vía pública significa que no tiene ningún tipo de atención sobre la vida ajena y la vida de inocentes", advirtió el ministro.

Casal dijo esperar que "esto se confirme como un hecho individual".

"Descarto que haya sido un atentado institucional, en la Argentina esto no sucede más", advirtió el titular de la cartera de Justicia y Seguridad bonaerense.

El funcionario explicó que en el hecho la brigada de bomberos actuó conforme al protocolo establecido, pero consideró que "no estuvo prevista la explosión inmediata".

Por este caso, que es investigado por el fiscal platense Alvaro Garganta, se iniciaron actuaciones por "lesiones gravísimas y estrago".

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