Aprender un oficio: un imán que atrae a cada vez más jóvenes
| 11 de Septiembre de 2011 | 00:00
Como antaño, aprender un oficio se está convirtiendo en un camino que cada día siguen más jóvenes. Claro que hoy las exigencias son distintas. El objetivo no es ser modista o ayudante de cocina, sino diseñadora de indumentaria o "el" cocinero de un restaurante. Más aún, la mayoría lo hace pensando en montar un microemprendimiento. Lo cierto es que los números hablan por sí mismos. La Técnica N° 9 de 1 y 46, que en los comienzos de su larga historia (ver aparte) fue una Escuela de Artes y Oficios con 1.200 alumnos y en los '90 llegó a tener un sólo curso en la carrera de Confección del vestido, hoy ostenta una matrícula de 370 estudiantes entre esa disciplina y las de Cocina y repostería, Encuadernación y cartonado y Artes decorativas, frente a los 403 adolescentes de la secundaria. "Siempre fue el fuerte de la institución, pero en un tiempo decayó ostensiblemente. Ahora asistimos a un verdadero boom", expresó el director del establecimiento, Fabián Autino.
Noemí Sosa, quien egresó del colegio en 1967 y ahora es la profesora de la carrera de Confección del vestido, cuenta que "para esa época ya se había incorporado la secundaria básica y los cursos perdieron cierta relevancia; la secundaria comenzó a convertirse en la actividad principal de la mano del cambio del rol de la mujer en la sociedad".
"Se trata de carreras cortas, de dos años de duración, y se cursa tres veces por semana", detalla el director, para realzar que "se podría decir que estamos vivenciando una vuelta a la vieja escuela de artes y oficios, pero respondiendo a las exigencias de los nuevos tiempos. Aquí vienen profesionales buscando orientación y personas a terminar su carrera", graficó.
"Esta carrera, a causa de la importación, en los '90 sufrió un duro golpe. Quedó un sólo curso. Ahora hay 3 primeros años y 3 segundos con 90 alumnos", detalla la docente.
"Aquí se comienza haciendo una falda y se termina con un vestido de novia o de fiesta", ejemplifica.
"La gente suele volcarse a aprender un oficio en épocas de crisis, pero ahora se ha dado un boom por la demanda del mercado laboral", opina la profesora de Cocina, Marta Palma, y sentencia: "Hay una clara revalorización de los oficios". Los datos de la matrícula de esa carrera la avalan. "Tenemos 160 estudiantes en 5 primeros años y 3 segundos. Muchos ya trabajan y otros vienen para poder encarar un proyecto propio. ¿Salida laboral? Viven llamando de restaurantes", afirma.
Marta fue alumna en 1999. Era maestra de grado, por lo que se volcó a la docencia en Cocina. Cuenta que "en 1° año se ve lo básico, se conocen los productos, las técnicas de elaboración adaptadas a la demanda laboral, el lenguaje gastronómico. Y también tenemos materias como Dietética y Salud e higiene".
ESTUDIAR Y PROYECTAR
Cintia Gómez tiene 23 años. "Terminé un curso de diseño de indumentaria en un instituto, pero no me alcanzaba, necesitaba un mayor conocimiento", dice. Es que la joven aspira a trabajar "como diseñadora o vestuarista; también me gusta la alta costura. Para eso hay que hacer una carrera bien completa", señala.
"Siempre me gustó la costura -comenta Lucía Romero (38), quien cursa junto a su hija de 16-. Pero aquí estoy aprendiendo a diseñar, a moldear. Me gustaría tener una microempresa de confección de ropa en general", confiesa.
Vilma Apaza (22) llegó a la escuela por su madre, quien había estudiado costura en el '97. Pero ella eligió la cocina y sueña con estar a cargo de una en un restaurante. Cerca de Vilma, Luciano Cappa (19) comenta que al finalizar 1° año empezó a trabajar en un pizzería. "Cuando termine 2° quiero poner una casa de comidas junto a mi madre", adelanta. Volvieron los oficios.
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