Entre lo que erró y lo que no ligó, fue un candidato venido a menos

Desperdiciar dos penales no es un defecto común. Sin Quiroga jugó mejor, aunque tan mala puntería le hizo daño a su imagen

PERALTA, AL ATAQUE EN UN PASAJE DEL PARTIDO FRENTE A LA GLORIA

OPINION

Por MARTIN MENDINUETA

Este Gimnasia que hace cuatro fechas dejó de festejar admite la más variada gama de adjetivos. Es capaz de todo. De generar situaciones virtuosas y también de las otras, de esas que lo condenan a vivir estresado, pasado de vueltas por su propia ansiedad. Su juego perdió consistencia, el ataque extravió la puntería, la cosecha de puntos cayó en la pobreza y todo eso junto dañó aquella imagen inicial de candidato natural al ascenso.

Hoy, en la antesala de un viaje a Rosario que asoma cargado de riesgos, los elogios ya no abundan. La preocupación logró filtrarse entre tanto optimismo. Es cierto que a Instituto le tendría que haber ganado, que la buena suerte le dio la espalda de un modo antipático, especialmente en el hermoso tiro de Cabrera que primero pegó en el palo izquierdo y luego rebotó en Chiarini, pero no todo lo ocurrido en el Bosque fue culpa del azar.

Desaprovechar dos penales constituye un hándicap imperdonable. Encima, el segundo que sancionó el tarjetero Mauro Giannini, tras una caída bastante dudosa del colombiano Peralta, tuvo una pésima ejecución. La ceremonia previa, con discusión incluida, fue como en un partido jugado en el barrio, donde Monetti terminó imponiendo su deseo sobre el de “Toti” Cháves. Le quitó la pelota y asumió un protagonismo que lo terminó dejando mal parado. El “Mono” pateó horrible, como si sólo hubiera pensado en “fusilarlo”, en romperle el arco. El sueño de gritar gol se fue lejos del arco y el destino levantó los hombros, como diciendo “más no puedo hacer por vos”.

¿QUE HIZO BIEN?

En una noche nada agradable para su gente, Gimnasia al menos pudo irse a dormir sabiendo que no se había guardado ni una gota de sudor. Jugando mejor en el primer tiempo que en el segundo, siempre fue al frente. Sin la referencia que significa el alto Quiroga, supo generar algunas combinaciones ofensivas interesantes. El tema crucial fue la puntería. Erró mucho y así es imposible escriturar victorias.

Las expulsiones no consiguieron restarle intensidad a su búsqueda. Hasta con nueve hombres se las rebuscó para instalar la sensación de que podía ganarlo. Eso vale. Es un equipo que todavía no está maduro, por momentos pierde la calma, aunque jamás se declara vencido.

Otra buena fue la actuación de Luis Peralta. Volvió a la titularidad y no le pesó. Estuvo entre los mejores rendimientos individuales. Merece mantener el puesto en el examen frente a Rosario Central. Su velocidad y particular modo de encarar le dan una frescura distinta al ataque albiazul.

APUNTES SUELTOS

Franco Mussis sigue creciendo. Barsottini, extralimitado en su vehemencia, caminó por la cornisa de la expulsión. Blengio no transmite seguridad. Basualdo está claramente un escalón por debajo de Pouso. Cháves no se destacó como debía hacerlo en la ejecución de la pelota parada; aunque también es cierto que su pegada ameritaba que Monetti le hubiera dejado patear el penal. No sería conveniente que en la próxima pena máxima el designado fuera el arquero. Se extraña Licht. Se extraña Pouso. Y Cabrera, si todo ya está solucionado, tranquilamente podría volver a la titularidad.

Obviedad: El torneo es tan largo como difícil. Bueno, las complicaciones se amontonaron de un modo inquietante en el armario mens sana. Será tarea de Pedro preparar la mejor estrategia para ir al Gigante de Arroyito. Ahora que las alegrías empezaron a escasear, es el momento ideal para forjar el carácter de una formación que ha sufrido varios cambios.

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