“Tolerancia”, la fórmula para las bodas de platino

La “tolerancia”, según la experiencia de la esta pareja, es el secreto de una convivencia tan dilatada como armónica. Si lo sabrán ellos, que acaban de cumplir nada menos que 65 años de casados y que llegan a estas excepcionales Bodas de Platino con el amor de entonces intacto. Miguel Angel Catino -90- y Nélida Panfili -84-, vecinos de Berisso, atravesaron, como cualquier matrimonio de larga duración, dichas y tristezas, y también algunas crisis que lograron superar poniendo por encima de todo la consideración hacia el otro. Festejaron ayer, como lo hacen cada aniversario de número “redondo”, en su casa y junto a la familia.

A Nélida y a Miguel no les resultó fácil enamorarse e iniciar el noviazgo. La madre de ella no aprobaba la figura de ese joven llegado de Mar del Plata, un desconocido en Berisso, al que como trabajaba en los frigoríficos de noche se lo veía caminar por las calles durante el día. Tal fue la prohibición del encuentro que impuso la que luego se convirtió en una “querida” suegra que la pareja estuvo tres meses separada, manteniendo la relación a través de románticas cartas, con la complicidad de una amiga que oficiaba de “correo”.

“Una noche fui con mi madre a la kermés del Club Estrella -recuerda Nélida-. Ahí ella lo vio y aflojó; se dio cuenta de que no era ningún vago y nos permitió vernos. Pero eso sí, con días y horarios estrictos y sin movernos de la puerta de mi casa”.

Se casaron, en la parroquia María Auxiliadora de Berisso, el 6 de diciembre de 1947. Dos veces renovaron los votos matrimoniales, siempre en la pequeña iglesia donde se celebró el matrimonio, cuando cumplieron las Bodas de Oro -50 años- y al llegar a las Bodas de Diamante -60 años-.

Miguel fue dueño de carnicerías y Nélida se dedicó al cuidado del hogar. Tuvieron tres hijos, Liliana, Miguel Angel y Mónica, y el momento más difícil que pasaron pero que fortaleció a la vez el vínculo fue cuando falleció la mayor de las mujeres.

Pareja que disfrutó mucho de las salidas, se distinguió como una habilidosa dupla de bailarines de tango.

En los últimos años, los instantes de mayor felicidad los vivieron con los 6 nietos y los 4 bisnietos que les regaló la vida.