Inocencia y magia en un cálido homenaje al cine

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

La invención de Hugo Cabret, de Martin Scorsese.- Cuento tierno, filme de aventuras, conmovedor homenaje al cine y a sus ganas de enseñar a soñar, vistoso canto a la magia y a la inocencia. Martin Scorsese, tras muchos años de explorar rincones turbios, vuelve a la niñez para rescatar la memoria de un arte que a su niñez le dio sueños y que hoy le tributa inspiración y gracia a su vida. El 3D le agrega otra textura a un cine vertiginoso, visualmente seductor, que cuenta las andanzas de este par de huérfanos en una estación parisina de finales de los años 20: Hugo e Isabelle deben ajustar cuentas con los relojes (el tiempo y la vida) y con una existencia llena de pérdidas pero también de sueños. Pero el personaje que ocupa el centro de la historia es Georges Melies, el primer director de cine que dejó a un lado el registro básico de los pioneros, para ir a buscar en la magia y la imaginación la sustancia de este arte que estaba naciendo. Melies la pasó mal. Fue ignorado y gran parte de su obra se ha perdido. La película lo muestra como un viejo cascarrabias que tiene un puesto de relojería en esa estación y que al final será rescatado del olvido por una máquina que viene a salvarlo. Ese robot y Hugo lo pondrán otra vez en escena para que el cine -máquina al fin- pueda recuperar su carga de magia y fascinación.

Todo rueda en este filme emotivo: el cine, los trenes, los relojes, hasta el robot. La existencia es un engranaje; y las casualidades y los olvidos, las pérdidas y los reencuentros forman parte de su mágico andar. Scorsese acaso quiera decirnos que la vida está llena de piecitas que deben ser ajustadas para que nada se detenga. (**** MUY BUENA)

OTRA DE FANTASMAS

La dama de negro, de James Watkins.- Película de fantasmas y apariciones, bien ambientada en un pueblito gris, árido. En las afueras está la lúgubre casona que esconde un terrible secreto. Allí debe dirigirse un joven abogado, viudo, que acepta esta tarea para no quedarse sin trabajo. La idea es poner al día todos los papeles para que esa negra residencia se pueda vender. Ignora que se mete en las entrañas de una leyenda que habla de chicos desaparecidos y de damas que aparecen. El filme tiene a su favor que deja a un lado las escenas sádicas de un género que cada vez exagera un poco más sus trazos gruesos y truculento. Y tampoco te atiborra de efectos especiales. Es un relato de corta clásico, con vidrios empañados, casas oscuras, ruidos inquietantes, apariciones, gritos y un desfile de personajes secundarios bien presentados. Y es también le crónica negra de una pérdida: el abogado, que sueña con su esposa muerta, se la pasa descubriendo tras las ventanas a mujeres fantasmas que huyen a su mirada. ¡Marche un analista por allá! (*** BUENA)

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