Una familia en crisis

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

Los descendientes, de Alexander Payne.- Es una tragicomedia muy forzada que retrata, como lo hace el cine de Payne ("Entre copas"), la crisis de un hombre maduro. Matt es un agente inmobiliario de éxito en Hawai. Pero de golpe, todo se le viene abajo: su mujer se accidentó y está en estado vegetativo; los médicos le aconsejan desenchufarla; se tiene que hacer cargo de sus hijas (que lo ignoran) y encima se entera que su mujer lo engañaba. Así empieza. Como telón de fondo, están Hawai, sus costumbres y sus diferencias de clases (el pedido de perdón de la hija a otra nena). En lugar del melodrama, la idea de Payne es demostrar que, en ese escenario tan crítico, nadie es culpable ni inocente. Sus criaturas, con sus caídas y sus noblezas, son humanas y próximas. Pero la película derrapa. No acierta ni en la tragedia ni en la comedia. Los personajes se transforman de un día para otro (las nenas), Matt hace tonterías (pide consejos al amigovio de su hija sobre la infidelidad hogareña; sale con las nenas a buscar al amante) y son indefendibles las discusiones y ataques al borde de la cama donde agoniza la mujer. Es una pena, porque el director Payne es un artesano que sabe humanizar sus personajes y la historia daba para algo menos burdo.

El filme, más allá de estos gruesos pincelazos, es también una historia sobre el perdón: todos terminan aceptando y perdonando. Para algo sirvió la crisis, piensa Matt al final. (** ½).

EN OTRO FORMATO

Peter Capusotto en tres dimensiones, de Pedro Saborido.- Capusotto no preparó su llegada al cine. Llevó sus estampas cómicas en viaje directo a la pantalla grande. El cambio dejó al desnudo sus muchos aciertos y algunos baches. Y confirma que su mejor formato es la TV. Son estampas, apenas situaciones, ocurrencias sueltas que rondan el hallazgo o la vulgar exageración. En cine, algunos de sus personajes han resistido gallardamente al cambio de registro, pero también se ve que sus libros no logran ir más allá de la secuencia fácil y el remate. Hay una idea central: una suerte de manifiesto contra la dictadura del entretenimiento. Alrededor de ese disparador, gira casi todo. Su humor se permite todo: la TV, la actualidad, incluso meterse con la llegada de Perón y el enfrentamiento de Ezeiza. Un cómico singular. (*** BUENA).

FALLIDA BIOGRAFIA

La dama de Hierro, de Phyllida Lloyd.- Es un retrato muy liviano, superficial, condescendiente, sin garra. Claro, esta Meryl Streep que, con o sin maquillaje, le da atractivo a su personaje. Todo suena poco creíble: los debates en el Parlamento, las rencillas internas, su ascenso personal, sus alucinaciones de vieja, cuando se topa a cada rato con sus recuerdos y con el fantasma de su esposo. El libro es muy flojo y la dirección muy endeble. La directora es Phyllida Lloyd, que antes había hecho "Mamma mia!". Y eso explica todo. La película de cualquier manera concita el interés. Tiene dos anzuelos: Meryl Streep y Las Malvinas. La triunfalista evocación de esa Guerra es la más extensa. La imagen del General Belgrano en el Atlántico y el grito de la Thatcher "¡húndanlo!", sigue doliendo. (** 1/2)

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LEYENDA: George Clooney protagoniza "Los descendientes", filme que le significó la candidatura a mejor actor para los premios Oscar

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