Famosos recuerdan su primer trabajo

En el Día Internacional del Trabajo varios famosos y figuras de trascendencia pública recordaron con nostalgia y emoción sus primeros trabajos y contaron a la prensa sus anécdotas personales en su iniciación en el mundo de la cultura del trabajo.

El diputado Francisco De Narváez terminó la secundaria un año antes de lo normal y ya a los 16 le pidió a su abuelo un lugar en Casa Tía. El abuelo lo mandó al depósito de las tiendas, donde cargaba, descargaba y pesaba la mercadería. Con el tiempo fue creciendo y comenzó a controlar los remitos en el mismo depósito.

Similar fue el caso del psicólogo mediático y autor de varios libros Gabriel Rolón, quien a los 13 años fue enviado por su padre a trabajar dos de los tres meses de las vacaciones de verano como changarín en el flete de su tío, por lo que los veranos de Rolón amanecían a las 5 de la mañana, aunque había sido la opción elegida por el licenciado ante la otra alternativa posible, de ir a ayudar a su padre como albañil. Más tarde se convertiría en preceptor y estudiaría profesorado de Matemáticas para, luego pagarse con su trabajo sus estudios de Psicología.

Oriundo de Berisso, Lito Cruz comenzó a trabajar como mozo en el bar de sus padres a los 11 años. Trabajaba durante la mañana y a la tarde iba al colegio. Cumplidos los 16 su padre lo envió a emplearse en el frigorífico frente a su casa “para que aprendiera el trabajo y la vida del obrero”.

Jorge Lanata comenzó a trabajar a los 14 en Radio Nacional, donde no había cupo para trabajo y, según cuenta como una anécdota, figuraba como “violinista de la orquesta juvenil”.

Mientras la periodista Fanny Mandelbawm comenzó ordenando los cajones en la fábrica de valijas de su padre, en la adolescencia, luego se consolidó en el mundo del trabajo como secretaria lo que asegura que hacía muy bien.

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