¿Quién es la más linda y poderosa?

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

BLANCANIEVES Y EL CAZADOR, de Rupert Sanders.- Blancanieves no es esta vez una muchacha candorosa y frágil. Nada que ver. Es una especie de Juana de Arco que necesita salvarse para rescatar a su reino, que cayó en manos de una malvada que mató al rey y encerró a Blancanieves en una torre del palacio. Pero el espejito le dice a la terrible reina que deberá cuidarse de esa nena que ya es una linda muchacha. Por eso necesita su sangre: para ganar eterna juventud y de paso, para eliminar una competidora al trono. Esta aventura fantástica descubre el lado oscuro del inmortal cuento y aprovecha a la perfección las posibilidades del cine digital sin empalagar con los efectos. Es una historia atrayente que habla de la belleza, como fuente de poder y de esclavitud; del coraje y la lucha entre el bien y el mal, pero sobre todo nos trae a dos mujeres que se sienten más cautivadas por el trono que por la hermosura. Un filme con algunas idea interesantes, con una Charlize Theron que acierta como la malvada y una Kristen Stewart linda y nada más. El final, que parece anticipar una segunda parte, dice que las que mandan siempre deben dudar. Y que toda reina no deja de preguntarle a su espejito, quién es la más linda y quien manda más. Y esta Blancanieves, encima, deberá despejar una pregunta crucial: ¿con quién me quedo de los dos? ¿Con el noble Willams o con el rústico cazador? Porque una cosa es el gabinete y otra, el corazón. (*** BUENA)

MAS ENREDOS QUE PELOTAZOS

FUERA DE JUEGO, de David Marqués.- El tema daba para una buena comedia. El fútbol tiene tantas aristas más allá de lo estrictamente deportivo, que un libretista ingenioso puede encontrar allí un filón inagotable. Esta película habla de los representantes, esa fauna tan presente y temida. Y del submundo que crece alrededor del fútbol. Esta vez la aparición de un juvenil criollo que despierta el interés del Real Madrid es el disparador. Y hacia va el pichón de crack y Diego Peretti, un ginecólogo enviado a Europa como representante del futbolista. Y se toparan con un manager español que juega en tercera, chanta y manipulador. Y allí empezarán los enredos. Que no son tantos ni tan originales y que de a poco va descubriendo el lado humano de estos perdedores que al final harán las paces con la vida. La película no tiene gracia, los diálogos son chabacanos, las situaciones tontas; si hasta Peretti, un muy buen comediante, no está cómodo en la piel de un personaje que flota entre la ingenuidad y la torpeza. Hay cameos de Palermo y Casilla, también de Ricardo Darín, que le da la bienvenida a su hijo. El fútbol y el humor, ausentes. (** ½)

SE LE NOTA EL DISFRAZ

ALBERT NOBBS.- Rodrigo García es un director con buena mano para retratar el mundo de la mujer ("Con solo mirarte",) que aquí dirige una producción de Glenn Close, que llegó al cine tras un exitoso paso por Broadway. Está ambientada en Dublin, a finales del siglo XIX. Y enfoca un tema imposible para la época: una mujer debe disfrazarse de hombre para poder trabajar, aunque en este caso hay chicas trabajando en ese gran hotel con ella. La idea tiene un punto de partida interesante: tanto se disfrazó de hombre que sólo soñaba con casarse pero con una muchacha. Es decir el disfraz había prevalecido y al final lo falso había terminado siendo su verdadera identidad. Pero es tan lánguida, tan sin ganas, tan correcta y previsible, que todo se cae. Declamatoria, obvia, hasta el trabajo de Glenn Close suena estereotipado. ¿Cómo nadie se da cuenta que ese mesero discreto y servicial es una mujer? Sólo un nene de 6 años parece interrogarlo con la mirada. Lentos los irlandeses. El filme acumula clises para intentar denunciar el machismo y la intolerancia de entonces: trepador violento, aristocracia tilinga, borrachines gastados. Es una película sin vida que se disfraza de cine de calidad. Pero no hay caso. (** ½)

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