Detectan fuerte aumento en la frecuencia de ataques de pánico

Afirman que entre el 6 % y el 8 % de la población argentina ya lo sufrió alguna vez

Cuando aparece, hay taquicardia (o elevación de la frecuencia cardiaca), temblores o sacudidas, sudoración en manos y pies, sensación de calor o frío repentinos, hormigueo o adormecimiento de extremidades inferiores y superiores, temor a perder el control, inestabilidad, mareos y desmayos. También, la sensación de atragantarse, opresión o malestar torácico, ardor en el pecho, sensación de irrealidad o despersonalización, malestar estomacal y náuseas. Todo esto es lo que sufre una persona cuando se enfrenta a un ataque de pánico, un mal que de acuerdo con lo que marcan los últimos relevamientos, ya lo sufrió alguna vez entre el 6 y el 8 por ciento de la población argentina, y que es cada vez más frecuente en el país, especialmente entre quienes tienen entre 30 y 50 años.

Esta sintomatología se caracteriza por tener múltiples causas, así como también un componente de predisposición genética combinado con factores psicosociales, y su incidencia es tal que, según los especialistas, cada vez es más frecuente que una persona consulte por trastornos de ansiedad por pánico tanto en consultorios psicológicos como médicos.

“Un ataque de pánico -explicó la licenciada Adriana Alonso, especialista en psicocardiología de la Fundación Cardiológica Argentina- es un síndrome que se vivencia como una sensación de miedo o terror intenso, así como también mediante sensaciones de descontrol e ideas de desmayo o muerte inminente. Por lo general, este trastorno se presenta súbitamente, aunque en personas genéticamente predispuestas. Esta situación se presenta mediante episodios que comienzan repentinamente y con síntomas que duran un tiempo. Los momentos de tensión, que pueden prolongarse entre 10 y 20 minutos, suelen repetirse inclusive varias veces por día. Durante estas crisis, la reacción física es similar a la que se desarrolla ante un peligro real, con la diferencia que en este caso es desencadenada en ausencia de una amenaza concreta”.

Con respecto a la periodicidad y la frecuencia de estos episodios, el médico psiquiatra Roberto Sivak señaló que “si bien en las grandes ciudades suele haber una mayor incidencia de ataques de pánico, en algunos casos es posible que la población esté un poco sugestionada, y por ende tienda a confundir una crisis de pánico -un cuadro que requiere una consulta por guardia, así como también la administración de medicación- con un episodio de angustia menor, por lo que su identificación es muy importante”.

“Cuando una persona cree que está por sufrir un ataque de pánico -destacó la licenciada Alonso- es recomendable que se tranquilice y concentre en pensamientos positivos. Igualmente hay que recurrir siempre a un profesional de la salud que pueda encargarse de la estabilización del paciente y sus angustias, para que éste entienda por qué se desencadenan estos episodios y cómo hacer para evitar que se repitan”

Cabe destacar que los ataques de pánico suelen ser también motivo de consulta entre los cardiólogos, debido a que la taquicardia -un síntoma característico de esta patología- suele confundirse con otras afecciones, razón por la cual se genera en quien la padece una sensación de miedo, angustia y confusión aún mayor.

Diagnóstico
Según destacan los especialistas, es posible diagnosticar un ataque de pánico cuando la aparición temporal y aislada de miedo o de malestar intenso está acompañada de 4 o más síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión dentro de los primeros 10 minutos.

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