No afloja el peligro de los piedrazos en la Autopista

Viajando a alta velocidad, sólo basta un segundo para que un piedrazo en un vidrio sorprenda al conductor, lo desestabilice y lo obligue a frenar -si es que no se produce una tragedia-, alertado por el impacto imprevisto. Eso es lo que le ocurrió a numerosos damnificados por una modalidad de ataque vandálico -y a veces también delictivo- que se sostiene desde hace años: los piedrazos en la autopista.

Esa preocupación se reinstaló cuando el martes pasado, a las 21.20, varios vehículos fueron blanco de un ataque con cascotes y otros objetos contundentes, a unos 500 metros antes de llegar a La Plata.

Producto de esa situación, los autos sufrieron roturas de sus parabrisas y otros vidrios, dejándolos con “daños de consideración”, según explicaron las propias víctimas y fuentes policiales.

Rodolfo, uno de los damnificados en esa ocasión, explicó: “En mi caso, tuve roturas en dos vidrios. Por suerte, mi auto tiene los cristales polarizados, porque si no el objeto que nos tiraron hubiera ingresado, y no sé en qué estado se encontraría mi mujer”.

Una vez que el hombre salió de la autopista, reconoció haber visto a seis autos y a un micro con daños similares.

vandalismo y robos

Hace casi un año, en febrero pasado se registraron dos ataques con sólo diez días de diferencia a dos colectivos de la empresa Plaza, que une nuestra ciudad con Buenos Aires. Desde entonces, la seguidilla registró decenas de episodios.

“Si esas piedras las tiraban de frente y golpeaban al conductor, nos matábamos todos”, planteó Yolanda Betoff, que volvía a La Plata después de un paseo de domingo por la capital federal y fue sorprendida, como el resto de los pasajeros, por el impacto en la ventanilla de vidrio cuando el micro circulaba a la altura del kilómetro 46,5.

Quilmes es otro puntos castigados de la traza de la autovía. El 28 de noviembre último, un comerciante platense sufrió un impacto en su parabrisas con una piedra casi del tamaño de una baldosa. Una de las tantas damnificadas consiguió que Coviares, la empresa que administraba la autopista en 2008, le pagara una indemnización de 6 mil pesos luego de los daños que la víctima sufrió al sufrir el terrible golpe de un adoquinazo en el capot del auto desde un puente, a la altura de Hudson.

Por otra parte, uno de los hechos más resonantes ocurridos en la autopista sucedió en noviembre pasado. Aquella vez, la víctima fue el equipo técnico que trabajaba en la obra teatral de Enrique Pinti, que tras un desperfecto mecánico, fue asaltado por delincuentes armados y debieron suspender la función que iban a brindar en nuestra ciudad.