Tener sexo en el trabajo, una experiencia para disfrutar
| 5 de Enero de 2013 | 00:00

Las que tienen despacho propio son verdaderas privilegiadas, porque pueden atraer al compañero a su territorio y ofrecerse una sesión de sexo laboral en silencio absoluto... El resto, quedará como pobres víctimas de la tendencia a los espacios comunes y deberán renunciar a una experiencia de las más excitantes.
Lo importante en este caso es sacar provecho del mobiliario. Refugiada de las miradas o cuando los demás trabajadores no están (desayuno, fin de la jornada, picos de trabajo...) es fácil prescindir de la comodidad de la cama y concederse una pausa sexy.
- El escritorio: tras retirar los papeles importantes (tampoco es cuestión de arrugar un contrato importante) aprovechá el ángulo de penetración que ofrece la altura de la mesa.
- El sillón: cómodamente estirada, dejá que tu amante te satisfaga con el placer del sexo oral. Vos también podés devolvérselo... o aún mejor: cabalgá sobre tu hombre sentado en la silla del escritorio... ¡sobre todo si es giratoria!
- El suelo: es el gran clásico que permite poner en práctica todas las posiciones. Tené cuidado de no quemarte las rodillas al frotarlas con el suelo. Utilizá una manta o algo de ropa para evitar hacerte daño.
- La fotocopiadora: Esta máquina, a primera vista poco sexy, tiene las mismas ventajas que el escritorio. Eso sí, hay que ser adulto y resistirse a la tentación de fotocopiarse las partes más íntimas.
LUGARES INSOLITOA
Llegó el momento de poner a prueba tu imaginación y afrontar tus miedos. Ya lo vas a comprobar, el placer será aún mejor...
- La escalera de servicio/emergencia: es accesible y pocas veces utilizada, el lugar ideal para satisfacer un deseo apremiante. Pensá en todas las acrobacias que podés hacer!
- El ascensor: su estrechez, el miedo a ser sorprendidos y la obligación de hacer todo rápido dificultan el poder realizar con éxito esta fantasía. No es cuestión de poner en práctica el Kamasutra sino optar por uno de los rapiditos. No debés moverte demasiado, no es buen momento para desencajar la cabina del ascensor.
- El baño: no son muy románticos, es cierto, pero ofrece un mínimo de intimidad. Entrá y salí por separado para no levantar sospechas y taparse la boca para no alertar al resto de la oficina con los alaridos de placer.
- El estacionamiento: te olvidaste el saco o el Blackberry en el auto... son buenas excusas para un encuentro con tu amante en tu habitáculo de cuatro ruedas.
EL CANDIDATO
Es importante, para arriesgarse a tener sexo en la oficina, elegir el mejor candidato. El casting para el mejor amante en el trabajo no sólo debe tener en cuenta que sea lindo, inteligente, previsor, divertido, tierno... Su elección es un tema mucho más delicado.
- El oficial: ¿Tu pareja trabaja con vos? No dudes en dar un empujón a tus habilidades e invitalo a pequeños encuentros hot en plena sede laboral.
- El que está de paso: El pasante (mayor de edad ¡por favor!), el que tiene contrato temporal, el que está haciendo una sustitución, el que trabaja en otra sede, ese hombre que no se va a quedar mucho tiempo en la empresa es el candidato idóneo. No es de los que hablará del color de tu ropa interior en la máquina del café semanas más tarde...
- El compañero: Tenés una gran complicidad con tu compañero de trabajo y a fuerza de estar ocho horas al día no es indiferente. Entonces, ¿por qué no te das una oportunidad? Si buscás una relación seria, ¿porqué no? Ahora bien, si se trata de un deseo pasajero, pensalo mejor. Tu relación profesional podría verse afectada y uno de los dos podría colgarse del otro pero de modo unilateral. ¿Y qué significa eso?... ¡Pasarlo mal!
- El jefe: Te movés en terreno peligroso. Las relaciones jerárquicas no suelen ir de la mano de las sexuales. A pesar de los escalofríos, la sensación de realizar lo prohibido y la excitación de hacerte con el poder. Las acusaciones de acoso sexual o de ser promocionada por haber pasado por su cama pueden perjudicar tu carrera profesional y credibilidad.
REGLAS DE ORO
Entre las cosas que hay que tener bien claras están:
- La discreción: No vale la pena permitir que en el trabajo se alimenten con tus historias.
- Evita los correos subiditos de tono con tu compañero sexual: Es fácil equivocarse y enviar el correo a toda la lista de la empresa.
- Mantenete alejado del alcohol. Las fiestas de empresa o los seminarios suelen estar rociados de alcohol y es muy fácil meter la pata. Corrés el gran riesgo de levantarte al día siguiente con resaca y al lado de tu amante, el poco agraciado informático de la empresa.
- A la hora de la práctica, no te quedés totalmente desnuda. Es un buen consejo por si a algún inoportuno se le ocurre la genial idea de aparecer en el mejor momento.
- No jugués a los exhibicionistas: Verificá que no hay cámaras en el estacionamiento o en el ascensor.
- Apagá la luz: No por el pudor sino para evitar que los vecinos no tengan una visión clara de sus anatomías.
- No dejes rastro alguno: Recogé el preservativo y deshacete de él.
- Mantenete digna: Aunque él resulte decepcionante o un cretino no lo cuentes a los cuatro vientos. Recordá: no hagas a los demás lo que no querés que te hagan a vos.
A TENER EN CUENTA
- Según un estudio británico el 61 % de las mujeres que han encontrado atractivo a uno de sus compañeros de trabajo han mantenido relaciones sexuales con él.
- Una web de pornografía americana se dedica exclusivamente a los videos hot que tienen como escenario el puesto de trabajo.
- Un estudio australiano demuestra que uno de cada cinco australianos ha mantenido relaciones sexuales en el trabajo.
- Mantener relaciones sexuales en el trabajo ocupa el segundo lugar en la clasificación de fantasías sexuales de los franceses.
- Según Loïc Roche, psicólogo, profesor de dirección de empresas y autor de Cupidon au travail (Cupido en el trabajo), hacen falta por lo menos cuatro meses para encontrar una pareja sexual en el trabajo y entre seis y doce meses para encontrarla en la vida.
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