“Narcojet”: 13 años para los hermanos Juliá
| 8 de Enero de 2013 | 00:00

La Audiencia de España condenó ayer a 13 años de prisión a los pilotos argentinos Gustavo y Eduardo Juliá, al considerar que los hermanos ingresaron a ese país, escondidos en un avión, casi 1.000 kilos de cocaína para “obtener y compartir un extraordinario beneficio económico”.
La Justicia española también impuso a cada uno de los hermanos -hijos de José Juliá, jefe de la Fuerza Aérea durante el Gobierno de Carlos Menem- una multa por 100 millones de euros por el delito de atentar contra la salud pública.
Los magistrados a cargo del caso absolvieron al copiloto Matías Miret porque “no conocía las intenciones de los Juliá” cuando lo contrataron para el vuelo que realizaron con un jet Bombardier Challenger 604 desde el aeropuerto bonaerense de Morón al de El Prat, en Barcelona, donde finalmente quedaron detenidos en 2011.
El abogado defensor de los Juliá, Carlos Broitman, adelantó que apelará la sentencia porque “se han violado varios de los derechos constitucionales en cuanto a prueba y ofrecimiento de pruebas”.
“Estamos preparando el recurso ante el Supremo”, insistió el letrado luego de advertir que la detención de los Juliá fue una “cuestión preparatoria” porque afirmó que “se estaba esperando el avión y no fue un hallazgo casual”.
En tal sentido, Broitman indicó que “Gustavo Juliá denunció a quien lo contrató, a quien lo fue a ver y a quien le pidió las modificaciones, pero nada de esto fue investigado”.
PRESOS DESDE EL 2011
Los Juliá se encuentran detenidos en España desde el 2 de enero de 2011, cuando agentes de la Guardia Civil del aeropuerto de El Prat encontraron ocultos dentro de los tapizados de la aeronave un cargamento de droga valuado en unos 32 millones de euros.
El Challenger 604 había ido desde el aeropuerto internacional de Ezeiza hasta la base aérea de Morón y desde allí se dirigió hacia Isla de Sal, en Cabo Verde, para cargar combustible, como escala previa a El Prat.
Los paquetes de cocaína, recubiertos con plásticos de distintos colores, iban “escondidos y bien repartidos en los laterales y debajo de los asientos y sofás del suntuoso jet privado”, se señalo en ese momento. “Perdón muchachos”, habría dicho Gustavo Juliá a su hermano y a Miret cuando fueron descubiertos, aunque más tarde se declaró inocente en el juicio oral.
Gustavo Miret fue funcionario del PAMI durante los ‘90 y Néstor Kirchner lo echó cuando asumió la Presidencia en 2003 por presuntas irregularidades.
Ahora, los Juliá permanecerán presos hasta cumplir con la condena en España, mientras su defensa planea la apelación.
En tanto, Miret -hijo de José Miret, ex secretario de Planeamiento de la última dictadura militar- quedó absuelto de todo cargo.
El propio Miret dijo presentía que ese podía ser el veredicto para él porque el pasado 11 de diciembre recuperó su libertad y luego pudo regresar a la Argentina para pasar las fiestas con su familia.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE