Los restos del nazi Priebke esperan por su destino final en un aeropuerto militar de Italia

ROMA RECORDÓ AYER LA TRÁGICA DEPORTACIÓN DE JUDÍOS DEL PAÍS, OCURRIDA EN 1943

ROMA.- El criminal nazi Erich Priebke, cuyo cadáver permanecía ayer en el aeropuerto militar de Roma a la espera de que se decida qué hacer con sus restos mortales después de que su funeral fuera anulado por disturbios, se convirtió en un cadáver incómodo para Italia. “Italia quiso extraditarlo, procesarlo, condenarlo, tenerlo detenido por años, ahora esa papa caliente tiene que resolverla”, aseguró el abogado del ex capitán de las SS, Paolo Giachini.

El cuerpo de Priebke, quien falleció el viernes a los 100 años en su residencia de Roma donde cumplía desde 1998 una condena a cadena perpetua por la masacre en 1944 de las Fosas Ardeatinas, que dejó 335 civiles italianos muertos, se encuentra en el aeropuerto de Pratica di Mare en una zona protegida.

Una ceremonia religiosa, presidida el martes por el movimiento católico ultraconservador seguidor de la línea del obispo francés Marcel Lefebvre en la localidad de Albano Laziale, a 25 km de Roma, fue anulada a causa de la indignación generada en los residentes antifascistas y los disturbios provocados por militantes de movimientos neonazis.

Las gestiones para el funeral de Priebke están bloqueadas oficialmente porque la familia no ha presentado solicitud alguna al respecto. Las autoridades de Alemania, su país de nacimiento, han aclarado que “toca a la familia decidir lo que quiere hacer con los restos de un alemán fallecido en el extranjero”. A su vez, la cancillería italiana precisó que el pedido oficial para que el cuerpo sea enviado a Alemania debe ser presentado por la familia o su representante, lo que hasta el momento nadie ha hecho.

Por lo tanto, sigue siendo una incógnita dónde recibirá sepultura o si será incinerado Priebke, a quien la ultraderecha italiana intenta convertir en un emblema, ya que jamás pidió disculpas ni manifestó arrepentimiento alguno.

El alcalde de Roma, Ignazio Marino, quien asistió junto con las más altas autoridades de Italia al homenaje celebrado ayer en la sinagoga de la capital por los 70 años de la deportación de un millar de italianos a los campos de concentración nazis, volvió a explicar que “no podíamos aceptar que el funeral del verdugo nazi se celebrara en Roma”.

Después de muerto, Priebke, quien vivió tranquilamente 40 años en Argentina, sigue suscitando controversia debido al rechazo del Vaticano, de Argentina, de Alemania, en particular su pueblo natal, y de la alcaldía de Roma, a celebrar su funeral.

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