A fondo y hacia la gloria

ESCENA DE “RUSH”, EL FILME DE RON HOWARD QUE SE SUMERGE EN EL MUNDO DE LA FÓRMULA 1

Por Alejandro castañeda

RUSH.- Buena película sobre automovilismo, el deporte que mejor aprovecha el cine. Se mete en el mundo fantástico de la Fórmula 1 a través de la rivalidad intensa y duradera entre dos campeones (aunque Lauda fue mucho más campeón): el austríaco Niki Lauda y el inglés James Hunt. Son dos pilotos absolutamente contrapuestos: Hunt es casi un tiro al aire, un tipo alocado, corajudo, impulsivo, sin disciplina ni planes de largo alcance; Lauda es el otro lado de la moneda, pragmático, estratégico, autosuficiente. La rivalidad había nacido en las competencias juveniles y alcanza su punto culminante en el campeonato de l976, cuando Lauda tuvo el grave accidente que lo dejó desfigurado y Hunt se pudo consagrar campeón. El filme del director estadounidense Ron Howard y el autor inglés Peter Morgan, que habían trabajado juntos juntos en “Frost/Nixon” (otra competencia), es un homenaje a la Fórmula 1, a ese mundo sustentado en la fama y el peligro. Y vemos carreras, pruebas, concentraciones, despistes, accidentes, discusiones, el detrás de la escena de esa galería de estos locos ególatras que en cada vuelta se juegan la vida. “¿Por qué las mujeres aman a los corredores?”, comenta Hunt. “Porque somos tipos que se tutean con la muerte”, y coquetean con ella y la desafían a 250 kilómetros por hora, se responde. El film tiene vértigo, ritmo y mucho nervio, pero flaquea cuando abandona los circuitos y busca retratar la intimidad de estos dos campeones: los diálogos suenan retóricos y demasiado explicativos y no hay sutilezas a la hora de hablar de la irresistible atracción que ejerce la mezcla de adrenalina y gloria. Pero acierta cuando sale a la pista y se mete en los boxes, cuando escuchamos rugir los motores, cuando los vemos transpirar porque saben que un segundo puede costarle el campeonato o la vida. El final vale la pena: Lauda le explica a Hunt que a veces el enemigo te obliga a ser mejor; y que la buena rivalidad es la que logra convertir al odio en estímulo. (*** 1/2)

CRISIS DE CRECIMIENTO

UN CAMINO HACIA MÍ, de Nat Faxon y Jim Rash.- Duncan, un chico de 14 años, se va de vacaciones con su madre divorciada (otra exacta composición de Toni Colette), con su hermana mayor y con su odioso padrastro (Steve Carell, siempre bien). Van a casa de una hermana de este padrastro manipulador y traicionero, un tipo que lo mandonea y lo ningunea. Duncan es tímido y allí, en esa pueblito de verano, encontrará sin querer una puerta abierta para empezar una nueva vida. El tema de la iniciación y la crisis de crecimiento en medio de una familia disfuncional, ya está muy visto. Duncan, con padre ausente, encontrará un modelo sustituto, que le da trabajo, le exige, lo premia y al final lo libera. Hay trampas, revelaciones, un adiós a la infancia y el comienzo de algo distinto. Pintura amable, comedia simple, seres frágiles, pueblito tranqui. Y la llegada de ese beso que abrirá otras puertas. (*** BUENA).

CAZADORES SIN SUERTE

TIEMPO DE CAZA, de Mark Steven Johnson.- Comienza en plena guerra de los Balcanes: un grupo de soldados ejecutan a sangre fría a sus enemigos serbios. Pero uno queda vivo y años después, viajará a Estados Unidos para vengarse. El tema no dice nada y la película, menos. Es insólita, confusa y hasta provoca risa esa persecución que no acaba nunca, conversada y cambiante. Robert De Niro cada vez elige peor. Sus últimos papeles dan pena. Aquí es un solitario, que vive en el bosque, su mujer se escapó con el padrino de la boda y tiene una difícil relación con su hijo. Así que el que viene a matarlo mal o bien le pondrá un poco de entretenimiento a una vida tan apagada. Y Travolta es el sobreviviente de aquella matanza. Nunca fue un gran actor y aquí está más deslucido que nunca. (** REGULAR)

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