En silencio

Alberto Sobrado estuvo presente ayer en la sala donde comenzó a ventilarse el caso de su presunto enriquecimiento ilícito, pero no declaró ante el Tribunal.

Con lentes gruesos y, de traje oscuro, el ex jefe de la Bonaerense, que se recibió de abogado, siguió atentamente el cruce de opiniones y fundamentos entre su letrado y la fiscal y en ningún momento se lo vio apartarse de esa pétrea postura.

Sobrado es uno de los veinte altos jefes policiales que fueron investigados por enriquecimiento ilícito, pero el único que llegó a juicio.

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