Tres jardines en emergencia: los padres salen a pedir auxilio

Dos cerraron porque se vienen abajo y al otro le falta cocinera

Los paros retrasaron el inicio de las clases, pero no pudieron disimular los graves déficit edilicios que padecen los establecimientos educativos. La situación es tan preocupante que en la Ciudad hay dos jardines de infantes que aún no pudieron retomar las actividades. Se trata del 909 de Los Hornos, donde las autoridades suspendieron el comienzo del ciclo lectivo por “riesgo edilicio, sanitario y ambiental” -tal como informó este diario en su edición de ayer-, y del 901 de 7 entre 62 y 63, que fue inhabilitado por Infraestructura de la dirección de Escuelas bonaerense también por “riesgo edilicio”.

No son los únicos problemas que afectan a los jardines platenses. Por caso, el maternal municipal “Nuestra Señora de Itatí” -98 entre 124 y 125- no cuenta con cocinera desde noviembre para hacerles el desayuno y el almuerzo a los pequeños de uno a tres años que concurren a la institución. “Luego de 38 años, la cocinera se jubiló y no la reemplazaron. Y a estos chiquitos no les puede cocinar cualquiera. Por eso, hoy (por ayer) los papás se movilizaron y elevaron una nota a la Comuna para que solucione la situación”, contaron en el centro donde atienden a una treintena de niños de barrios carenciados.

se busca club

En el jardín 909 de 140 entre 62 y 63, ayer se realizó una numerosa reunión de padres, directivos y docentes para tomar una decisión.

El edificio tiene grietas estructurales, cielorrasos que ceden ante la menor lluvia y no pueden evitar que se inunden todas las salas, falta de agua en los tanques por la rotura del motor de la bomba, un sólo baño para 300 chicos de entre 3 y 5 años, cloacas tapadas, nidos de ratas y hormigueros. Cero mantenimiento.

“Las maestras vinieron en verano, limpiaron y pintaron, pero los problemas que hay son tan graves que se requiere de una obra para reacondicionar todo el edificio”, apuntaron directivos y madres.

En tal contexto, durante la reunión de la víspera los padres redactaron una nota y la llevaron personalmente a la dirección provincial de Infraestructura dependiente de la cartera educativa provincial.

En tanto, las maestras salieron a recorrer la zona “para buscar un club o centro de fomento donde se pueda empezar a dictar clases”, comentó, indignada, Eva Vázquez, abuela de un alumno del jardín.

Consultado al respecto, el presidente del Consejo Escolar, Alberto Darhanpé, dijo que “el consejo ya intervino. Lo que sucede es que nosotros podemos solucionar algunos problemas, como el del agua, o fumigar para eliminar las ratas, pero hay cuestiones estructurales que nos exceden, como el caso de los techos”.

Una maestra reconoció que hubo personal del Consejo trabajando. “Pero esto, con arreglitos, no se soluciona. Tendremos que empezar en otro lado. Por suerte, la comunidad aquí es muy participativa y apoya siempre”, dijo la docente del establecimiento.

Lejos de allí, y debido a las graves rajaduras que presenta, Infraestructura de la Provincia inhabilitó con vallas amplios sectores del jardín 901 de avenida 7. Entre ellos, más de la mitad del patio y algunos salones.

“Pero como caen pedazos de revoque cada día, la dirección decidió no empezar las clases por el peligro que corren los chicos”, informaron en el Consejo Escolar.

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