Pesadilla en un edificio de 17 pisos

Entra por una medianera a las cocheras de los subsuelos. Está en 13 entre 43 y 44

Los vecinos de un edificio de 13 entre 43 y 44 están viviendo una verdadera odisea. Hoy cumplen el octavo día sin luz ni agua, y lo peor del caso es que no hay indicios de una solución en el corto plazo. Es que si bien han logrado quitar el agua de la tormenta del primer subsuelo, en el segundo continúa entrando debido a que la pared del fondo linda con una clínica abandonada que está totalmente inundada y ya provocó dos rajaduras. Y Edelap les dijo a los propietarios del inmueble, que tiene 17 pisos con 4 departamentos cada uno, que hasta que no saquen todo el líquido no les puede devolver la luz. Así, más de 60 familias han entrado en un callejón de difícil salida, mientras afirman que no han recibido ayuda alguna de ningún organismo estatal.

“Entre el miércoles y jueves trabajó quitando agua una empresa que tuvimos que contratar nosotros. Nos cobró 2.500 pesos por hora. Pero el dinero se fue terminando, y al mismo tiempo los operarios nos dijeron que seguía entrando agua desde el edificio lindero y por las napas, que estaban totalmente saturadas”, contó Victoria De Landaburu, quien vive en el piso 16.

A los autos, que en el peor momento del temporal flotaban en las cocheras que ocupan los dos subsuelos, los fueron sacando de a poco, aunque aún quedan varios coches totalmente averiados.

“Hemos llamado a Defensa Civil, a los Bomberos, al Municipio, incluso al ministerio de Infraestructura, pero los únicos que nos dieron una mano fueron bomberos de Mercedes, Escobar y Pilar, que el fin de semana estaban aquí en la esquina distribuyendo tareas para socorrer a los damnificados”, dijo Anastasia Dozo, vecina del 8° piso.

EL AGUA SE VA, Y VUELVE

“Con una autobomba continuaron quitando agua, pero una vez que lograban sacarla casi toda, comenzaba a entrar nuevamente a través de las rajaduras”, relató Anastasia.

Gustavo Melfi y María Laura Schamime comentaron que “muchos vecinos se fueron a casas de familiares, pero no todos tienen esa posibilidad. Lo principal fue trasladar a la gente mayor, que no se puede mover y menos aún andar subiendo y bajando tantos pisos”.

En el edificio de 13 casi esquina 44 aseguran que la situación ya es desesperante. Por la forma en la que deben vivir el día a día y por la “total falta de colaboración”.

Sin agua en los tanques, no tienen la posibilidad de asearse ni de limpiar los elementos de cocina. Y si utilizan los sanitarios deben subir agua en bidones o en algún balde que recogen de una pequeña canilla que hay en la planta baja. “Es el único lugar del que sale algo de líquido”, apuntó Dozo, quien añadió que para beber deben comprar agua mineral.

“Hoy (por ayer), recién vino una camioneta de Defensa Civil. Estuvieron revisando los dos subsuelos y también fueron hasta el ex sanatorio que se encuentra detrás; pero aún no tenemos respuesta sobre cómo se solucionará el problema”, indicó Victoria De Landaburu.

Una recorrida por los subsuelos sólo es posible con la ayuda de linternas. El piso del primero aún está mojado y con restos de desechos cloacales. En el segundo, todavía hay agua y se puede sentir el ruido de la que sigue ingresando por las fisuras.

“Ya no sabemos qué hacer, y nadie nos dice qué hacer. Vivir así es imposible. Esto es prehistórico”, remató Anastasia.

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