“Fue una desgracia con suerte, al menos mi madre está con vida”

José Penica pudo encontrarle un costado luminoso a tanto dramatismo. Su madre, de 73 años, estaba sola en su casa del barrio La Loma, ubicada en 28 y 36, cuando el agua comenzó a subir. “Tenía el agua hasta la cintura y, gracias a Dios, sus vecinos escucharon sus gritos desesperados. La rescataron cuando el agua estaba a un metro y medio”, aseguró el platense, quien describió lo sucedido como “una desgracia con suerte; al menos mi mamá está con vida”. Laura, su mujer, agradeció el hecho de que sus vecinos oyeran el pedido de socorro de su suegra porque, según relató, “todos estaban abandonando el barrio porque la calle se había transformado en un río”.

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