Amores prohibidos
| 10 de Agosto de 2013 | 00:00

FLORENCIA CANALE, PLANETA
El primer romántico del Río de la Plata fue un incomprendido. Manuel Belgrano no era militar y debió ocupar un rol inesperado. Además de ser un intelectual de avanzada, fue responsable de cambios políticos y sociales mal vistos por lo más rancio de la sociedad porteña. Tampoco cumplía con las normas de la masculinidad de su época: no era autoritario ni arremetedor. Por el contrario, fue un hombre sensible, refinado, elegante.
El creador de la bandera vivió romances tórridos con españolas, argentinas y francesas. Sin embargo, fueron tres las que lo marcaron. Con la primera, Pepa Ezcurra, una jovencita de la sociedad porteña, mantuvo una relación clandestina de la cual nació un hijo criado por el mismísimo Juan Manuel de Rosas. En su paso por Europa fue una francesa la que robó su corazón: Isabel Pichegru. Ya de adulto, se deja seducir por una tucumana, Dolores Helguero. Tampoco se compromete con ella, pero viven una pasión que también trajo una hija al mundo.
En su nueva novela, Florencia Canale reconstruye esta vida privada del prócer.
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