El deporte rendido a los pies del Papa

ENFOQUE
Por EDUARDO TUCCI

En la nueva dinámica que ha tomado la Santa Sede a partir de la asunción del Papa argentino, que sigue acumulando muestras de asombro y elogios, también incluye al mundo del deporte. A punto tal que hasta quizá prospere la idea de abrir un museo con las casacas, banderas y otros objetos que, día tras día, le llegan de regalo a Francisco desde distintos lugares del mundo.

La iniciativa de reunir todos los recuerdos vinculados a la actividad deportiva que llegan a la Santa Sede fue revelada por el padre Juan Carlos Arias a un diario capitalino: Francisco habría escuchado la propuesta con una sonrisa y no la descartó para nada.

De paso, conviene aclarar que Arias se llegó hasta el Vaticano para dejar una remera de Racing firmada por todo el plantel y con el “88” en la espalda, número que para los que gustan de la quiniela significa “El Papa”.

Lo cierto es que desde el inicio del papado de Francisco, el mundo deportivo cayó rendido a sus pies. Y figuras de diferentes disciplinas, desde cualquier parte del planeta, buscaron la forma de hacerle llegar algún presente.

En las últimas horas la embajada argentina, que viajó a Roma para el amistoso con Italia, estuvo con Francisco y la emoción superó a los protagonistas de la histórica visita.

MUY FUTBOLERO”

“Estas son las grandes oportunidades que te da el fútbol, que te da la Selección. Es un Papa muy futbolero y los que vivimos en Italia nos damos cuenta de todo lo que generó en muy poco tiempo. La gente nos felicita en la calle por las actitudes de Francisco. Nos conoce, sabe que somos argentinos y, enseguida, nos identifica con él. A nosotros nos pone muy contentos que eso suceda. Ser recibido por el Papa no le ocurre a cualquiera”, contaba Mariano Andújar, que juega en el Catania y tuvo un destacado paso por Estudiantes.

Desde aquel día de marzo en que Jorge Bergoglio llegó a Papa han resultado noticia de todos los días los presentes vinculados al deporte que invadieron y en algunas ocasiones desbordaron el protocolo vaticano.

Desde la visita del plantel completo de la Juventus, hasta regalos de la gran mayoría de los clubes argentinos, y la presencia de simpatizantes de Atlanta, Newell’s o Colón de Santa Fe y de otras entidades de Argentina fueron moneda corriente.

También, jugadores como Lionel Messi o el Pupi Zanetti enviaron sus camisetas las que se sumaron a la raqueta que utilizó Del Potro para ganar el US Open 2009 y a otros obsequios con dedicatorias diversas. Cada una de ellas recibió, fiel a la costumbre de Francisco, un agradecimiento por escrito.

En línea con esta tendencia también llegó hasta la Santa Sede la copia de una película directamente relacionada con las simpatías futbolísticas del Santo Padre. Se trata del añejo film “El cura Lorenzo”, protagonizada varias décadas atrás por Angel Magaña, con escenas referidas a la etapa fundacional del club San Lorenzo de Almagro.

La película fue llevada hasta la Casa Santa Marta, lugar de residencia del Papa, junto a fotos históricas del club de Boedo por el secretario del club, Marcelo Vázquez.

Todas las actitudes futboleras asumidas por el Pontífice han resultado características y trascendieron las fronteras e incluso los cardenales que lo acompañan han destacado el alto grado de comunicación que alcanza este código popular.

Mientras tanto los colaboradores del Papa siguen buscando lugar para acomodar las camisetas de Fluminense, Flamengo y Cruzeiro que Francisco se llevó de su reciente visita a Brasil junto a la enorme cantidad de objetos que siguen llegando de distintos lugares del mundo.

Dicho sea de paso, en su estadía por el vecino país, Francisco bendijo la camiseta de Ronaldinho con la que pocas horas después se consagrara campeón de la Copa Libertadores de América.

FIRMO LA DEL GLOBO

El Papa, confeso simpatizante del Ciclón firmó hace poco una camiseta de Huracán -adversario directo de los azulgranas-, con un mensaje de afecto y una consigna: “Paz en el fútbol”.

Además, semanas atrás pidió que aclararan que cuando hizo con los dedos un “tres” y un “cero” en la Plaza San Pedro, recordando la última goleada propinada por San Lorenzo a los xeneizes no quiso cargar a los boquenses sino “simplemente festejar” la victoria de su equipo. “Le hice el gesto a un hincha de San Lorenzo que me gritaba”, dijo y pidió que aclaren: “No tengo nada contra Boca”.

Mientras la idea del Museo del fútbol sigue dando vueltas por el Vaticano, más de uno ya debe estar preparando el obsequio con los colores del club de sus amores para engrosar una muestra, que en caso de concretarse, resultaría muy particular.

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