Zombies de desecho supratecnológico

Por amilcar moretti

El estreno es “Terror es Chernobyl”, el domingo a la noche. Es una aceptable película de miedos actuales, en este caso los construidos en todo el mundo en función de ciertas catástrofes naturales y propias -es el caso- del crecimiento tecnológico-industrial del hombre. Chernobyl fue -¿es?- aquella ciudad de Rusia comunista en la que una central nuclear sufrió un desperfecto y a partir de allí se desató una desgracia y tragedia, realmente, de “terror”.

“Terror en Chernobyl” es una película que recomiendo sobre todo porque está filmada en lugares cercanos a la ex central atómica, y las consecuencias ambientales y en la especie humana se han heredado hasta hoy en una reproducción horrorosa. Lo único desafortunado es que Chernobyl fue utilizado para hacer maccarthismo y no como punto de inicio para la denuncia de una serie de calamidades anteriores y posteriores que están en buena parte del mundo, en especial el capitalista superdesarrollado, por fallas en la producción nuclear y más aún por métodos diferentes de explotación salvaje de la naturaleza o sistemas de injusticia y desigualdad social que se mencionan aún menos.

La excusa argumental es que el miedo en “Terror en Chernobyl” proviene de “algo” o “muchos” que permanecen ocultos y que “sorprenden” a los visitantes como si fueran “zombies”. Sería bueno también ver imágenes y filmaciones (están en internet y Youtube, no en los diarios y televisión) sobre devastaciones semejantes en Estados Unidos y Japón, por ejemplo, y en océanos y mares que son de todos. Sigo más abajo.

El estreno o lo que prefiero

“El retrato de Dorian Gray” (foto, abajo), esta noche, es otro estreno semanal del que ya hablé. Una nueva versión, inglesa esta, del famoso libro de terror o denuncia socio-moral sobre el refinado aristócrata que tiene muchos, y aún más, de las comunes debilidades del humano (aclaro, mejor: lo que sucede con Dorian Gray es que él tiene el poder y posibilidades económicas como para llevar a cabo todos sus goces, esto es, sus perversiones (hablo como en psicoanálisis), goces que no hay que confundir con placer y placeres, sobre todo el sexual. Lo digo porque suele confundirse vulgarmente -y sin que sirva para nada- goce con placer, entre pulsión (”instinto” humano) y deseo de buscar y encontrar placer (sexual) con la mediación que pone la cultura y sus normas.

Lo último que debe pensarse -y casi siempre sucede así- es que Oscar Wilde, el autor de la novela corta original, quiso hacer moralismo evangélico que, repito, solo sirve para reforzar las perversiones del sistema todo. “El retrato de Dorian Gray” me parece una película “a la inglesa”, es decir, visualmente muy cuidada, con todos los artificios más cuidadosos que ofrece una industria y técnicos muy conocedores de lo suyo. No está mal, como película. Sirve para el que no conoce a Dorian Gray (el tipo que comete todos los “pecados” y permanece con la apariencia lozana de la gratitud y la generosidad porque los estragos se reflejan en una pintura que tiene bien escondida. Creo que no es el único).

Hoy y viernes, Cinemax a las 22.

Ahora bien, puesto a elegir en lo personal y como conocedor, me quedo con “El gran Lebowski”, con Jeff Bridges, dada mil veces y dispuesta a ser vista otras mil veces. Y si no, y es buena elección: “Bala perdida”, una película del 2003 de Puerto rico, cinematografía de la que nada se sabe aquí. Puerto Rico es ese “pedazo” de Estados Unidos cuyos habitantes quieren ser ciudadanos plenos de Estados Unidos pero en realidad son de América latina, y los norteamericanos nos los quieren, en principio por el tono de piel. “Bala perdida” traza un poco esa dicotomía entre unos chicos mientras transcurren las navidades.

Hoy a las 22, INCAA TV. En cuanto a “El gran Lebowski”, hoy y mañana por I-Sat a las 23,30.

Vuelvo a la catástrofe

Antes, una referencia a un documental argentino que vale tener en cuenta: “Una familia gay”, del año pasado. Cito a Alejandro Lingenti en diciembre del 2013: “Con la puesta en vigencia de la ley de matrimonio igualitario se abrió, dentro de la comunidad gay, una discusión que esta película pone en primer plano: luego de haber sido expulsados de la estructura burguesa de familia durante muchísimo tiempo, los homosexuales establecieron vínculos que se reformularon sin acudir a ese modelo, una realidad inocultable que arma un mapa diferente al de las relaciones más tradicionales. Maximiliano Pelosi le pone el cuerpo a ese debate contando su propia historia. Nacido en el seno de una familia cristiana, Pelosi asumió abiertamente su homosexualidad recién a los 17 años y vive desde hace un tiempo una situación particular: está en pareja con un joven de la comunidad judía que aún no le ha revelado a su familia su verdadera identidad sexual. La película usa ese disparador para abordar diferentes problemas.”

Imperdible. Mañana a las 22, por INCAA TV.

Y vuelvo a “Terror en Chernobyl”, que apela a la cámara en mano y la ambientación real. Utiliza el motivo de la antigua central nuclear rusa averiada no tanto para plantear una denuncia ambiental ecologista sino para dar miedo, y lo logra. La película sigue el esquema narrativo de “Blair Witch” (¿recuerdan?) y las más recientes “Rec” o “Actividad paranormal”. Es efectiva, y muy pero muy interesante por su tono documental que muestra paisajes urbanos desolados como... si hubiese ocurrido una “guerra atómica”.

Un reproche ya planteado: en internet se pueden encontrar muchísimas imágenes y videos escalofriantes de ciudades y lugares abandonados en Estados Unidos, Japón, China y también Rusia, entre otros países capitalistas, no ya por razones de desastres nucleares sino por sistemas irracionales de producción capitalista y, peor aún, por modos de diferencia de clases y social que condena a muchedumbres a una situación de horror “zombie”. Y también a los mares: flotan verdaderas islas de desechos industriales que tienen kilómetros de extensión y de profundidad como icebergs. También son buenas las películas de terror en esos sitios. Anoche volví a ver “Todo está perdido”, con Robert Redford: magnífica. Habla de esto último.

“Terror en Chernobyl”, domingo a las 22 por Cinemax.

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