La oleaginosa cada vez impulsa menos a la economía

La fuerza de la soja como motor de tracción macroeconómico no depende exclusivamente de su precio internacional, sino que también de su poder adquisitivo en la economía local, destaca el informe de Economía & Regiones. Así, según la consultora, el poder adquisitivo de la soja depende del tipo de cambio real. Un tipo de cambio real más depreciado (dólar más caro), genera más poder de tracción, ya que una tonelada de soja puede comprar más cantidad de bienes y servicios en esa economía e incentivar la demanda agregada. Por el contrario, con un tipo de cambio real más apreciado, la soja tiene menos poder de tracción porque una tonelada puede comprar menos cantidad de bienes y servicios en esa economía. De allí la importancia de que no se produzca un “atraso cambiario”.

A su vez, el tipo de cambio real es una variable influenciada por las políticas fiscal, monetaria y de ingresos que se aplican en cada economía en diferentes momentos del tiempo. Por lo tanto, la incidencia de las políticas en el tipo de cambio real, permite captar (indirectamente) las influencia del Gobierno sobre la “fuerza de tracción” de la soja en la economía doméstica.

Claramente, la soja dejó de motorizar el crecimiento económico porque su poder adquisitivo cayó un 32% entre 2007 y 2014. Es decir, una tonelada de soja exportada a 350 en 2014 puede comprar un 32% menos de bienes y servicios en la economía argentina que una tonelada de soja vendida a 317 dólares en 2007, ya que el tipo de cambio real se apreció entre 2014 y 2007.

Para Economía & Regiones, con políticas fiscales y monetarias prudentes, dinámicamente consistentes y creíbles, el tipo de cambio real tendería a apreciarse mucho más en Argentina que lo que se aprecia hoy con inflación. En el actual escenario caracterizado por la falta de credibilidad, es muy probable que el peso se devalué, subiendo esporádicamente el tipo de cambio real.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE