El cigarrillo adelanta la aparición de las arrugas

Por efecto del tabaco, la epidermis pierde la elasticidad natural debido a la rotura del colágeno

“Dejar de fumar ralentiza el envejecimiento facial y retrasa la aparición de arrugas”, señalan los especialistas del Sistema Nacional de Salud del Reino Unido (NHS).

Esta entidad destaca que fumar reduce la elasticidad natural de la piel pues causa la rotura del colágeno y hace disminuir su producción.

“El colágeno se degrada de manera natural a medida que nos hacemos mayores, lo que origina la formación de arrugas. Pero fumar hace que esto suceda antes”, se añadió.

“Dentro de los factores externos que contribuyen a que una persona aparente una edad superior a la que tiene, están la exposición solar, el tabaquismo y el consumo de alcohol”, precisa Roberto Glorio, médico especialista en dermatología y docente de la Universidad de Buenos Aires.

“El consumo de tabaco produce alteraciones en la piel tales como arrugas prematuras, deshidratación, manchas amarillentas en los dedos, olor corporal a tabaco, dificultad de cicatrización, alteraciones en la estética bucal y cáncer”
Dr. Roberto Glorio, médico especialista en dermatología y docente de la Universidad de Buenos Aires

En este sentido, el facultativo cita un estudio publicado en la revista “Epidemiology” donde se describe que “hasta un 40% de los factores que contribuyen a las variaciones de la edad percibida son de origen exógeno (exterior)”.

Del mismo modo, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) indica que, parecer joven a medida que pasan los años tiene que ver con evitar ciertas causas externas como el sol, el estrés, el alcohol, las drogas, la contaminación y el tabaco, entre otras.

“El consumo de tabaco produce alteraciones en la piel tales como arrugas prematuras, deshidratación, manchas amarillentas en los dedos, olor corporal a tabaco, dificultad de cicatrización, alteraciones en la estética bucal y cáncer”, precisa el Dr. Glorio.

En lo relativo a las arrugas, el docente de la UBA explica que el tabaco hace que disminuyan los niveles de vitamina A, lo que produce cambios en la cantidad y calidad de colágeno y elastina.

“Se observa que las arrugas de los fumadores son más estrechas, profundas y con contornos bien marcados”, describe.

Además, el especialista afirma que la relación del tabaco con las arrugas se manifiesta claramente en sujetos de ambos sexos de más de 30 años.

“El tabaco también provoca deshidratación de la piel, que aparece áspera, quebradiza e inflexible. A esto se suma la poca oxigenación de las células, que hace que la piel adquiera una palidez cercana al amarillo grisáceo”, advierte.

“Otro efecto cosmético directamente relacionado con el tabaco es la pigmentación amarilla que la adicción al cigarrillo provoca alrededor de los dedos”, subraya el dermatólogo.

Fumar también origina alteraciones en la cicatrización, dado que el humo del tabaco disminuye la oxigenación de los tejidos.

“La nicotina provoca una disminución de la circulación periférica. Por su parte, el monóxido de carbono del humo compite con el oxígeno por la hemoglobina, lo que disminuye la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos periféricos. Además, aumenta la viscosidad de la sangre a través de un incremento de la agregación de las plaquetas y del número de glóbulos rojos”, manifiesta el experto, quien también asegura que, según varios estudios, quienes fuman un paquete de cigarrillos al día tienen tres veces más probabilidades de sufrir necrosis en una herida que los no fumadores. “Por esta razón, se recomienda que una semana antes y después de un acto quirúrgico no se fume”, señala.

El tabaco también produce alteraciones bucales, dado que la nicotina afecta directamente a la región periodontal. “Se produce una disminución de la irrigación gingival y un aumento de la placa bacteriana”, afirma Glorio.

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