Se acentúa en EE UU el debate por la legalización de inmigrantes

Los republicanos podrían anular las normas y los activistas buscan ampliarlas

LOS PROMOTORES DE LEGALIZACIÓN DE INMIGRANTES CELEBRAN Y PIDEN NUEVAS MEDIDAS

LOS ANGELES.- Aunque los principales líderes y activistas de país celebran el alivio administrativo anunciado por el presidente de EE UU, Barack Obama, la consigna es que se trata de una medida temporal que no reemplaza la necesidad de que el Congreso apruebe una reforma migratoria integral.

“Aunque esta semana se gritó ‘¡Sí se pudo!’ desde hoy se gritará ‘¡La lucha continúa!’, dijo Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles (Chirla, en inglés).

A pesar de que estas medidas podrían suponer la regularización de cerca de cinco millones de indocumentados, Salas dijo que a partir de ahora será necesario “más lucha y más unidad y organización”, pues, recordó, se trata una medida “temporal”. “Vamos seguir peleando para que podamos obtener una reforma migratoria que sea más justa, más amplia y que beneficie a más personas”, aseguró.

RECHAZO REPUBLICANO

La lucha continuará también para los congresistas, pues los republicanos, que a partir de enero controlarán el Senado y el Congreso, han criticado la acción unilateral de Obama al señalar que “debilita aún más las relaciones” entre ambos partidos y, por lo tanto, un acuerdo de reforma legislativa en esta materia.

“Mediante esta acción el presidente ha escogido deliberadamente sabotear cualquier oportunidad de establecer las reformas que dice buscar”, criticó el presidente de la Cámara baja, John Boehner.

Otros que no están dispuestos a bajar la guardia son los beneficiados por la Acción Diferida, otra medida ejecutiva que tomó Obama en 2012 para evitar la deportación de jóvenes estudiantes. Los beneficiarios del Daca consideran que el presidente se quedó corto, pues esperaban que el nuevo alivio incluyera a sus padres y que también les ofreciera una opción para obtener una residencia permanente.

“Un permiso de trabajo ayuda y estamos contentos por ello, pero no sabemos qué va a pasar con nosotros dentro de dos años y esa expectativa se está convirtiendo en una gran preocupación”, dijo Arnoldo Gómez, de origen mexicano.

En cambio, Roy Beck, presidente de Numbers USA, una organización nacional que promueve la inmigración legal y controlada, lamentó que Obama se olvidara del efecto que tendrán sobre la situación laboral del país los millones de nuevos permisos de trabajo que otorgarán sus medidas. “(Los indocumentados) obtendrán permisos de trabajo y podrán competir con cualquier trabajo en construcción, manufactura, servicios, programación o cualquier otra ocupación”, criticó.

En tanto, la United We Dream, la organización que ampara a los jóvenes indocumentados de Estados Unidos, los dreamers o soñadores, nació en 2008 producto de una derrota: la Dream Act, una reforma frustrada que debía garantizar el acceso a la educación a los sin papeles y abrirles un camino hacia la ciudadanía. Desde entonces, los soñadores no conocen el fracaso, pese a que sus victorias tienen siempre un sabor agridulce. La iniciativa del presidente Barack Obama sobre inmigración es, en gran medida producto del trabajo de los activistas de United We Dream.

“Es un victoria grande, pero incompleta”, explicó Cristina Jiménez, ecuatoriana de 30 años, líder de United We Dream y una de las personas jóvenes más influyentes del país. “Cinco millones de beneficiados son muchos, pero otros siete millones se han quedado fuera.

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