Tragedia en la ruta 36: cinco muertos

HIERROS RETORCIDOS, SEÑAL DE OTRO TRÁGICO ACCIDENTE DE TRÁNSITO. ESTA VEZ OCURRIÓ EN LA RUTA 36, A LA ALTURA DE BAVIO

La ruta provincial 36 fue ayer escenario de un accidente fatal. Un auto y una camioneta chocaron frontalmente a la altura del kilómetro 90, en la localidad de Bavio, y cinco personas perdieron la vida prácticamente en el acto.

La violencia del impacto fue tal, que los rodados terminaron destruidos a un costado de la cinta asfáltica, aunque sus piezas y restos de hierros retorcidos quedaron dispersos en varios metros a la redonda.

Según el reporte oficial, entre las víctimas había cuatro personas adultas y un pequeño de diez años.

Con este trágico siniestro, ya son 99 las vidas perdidas en accidentes automovilísticos sucedidos en nuestra región en lo que va del año: una cifra que describe por sí sola la envergadura de la problemática vial.

La imagen que dejó la colisión, como se dijo, fue feroz y se produjo en el cierre de otro fin de semana largo.

Fuentes policiales indicaron que el choque sucedió aproximadamente a las 13.00 cuando toda la zona estaba cubierta por una tormenta intermitente.

Por la ruta 36, en el carril de circulación a La Plata, iba una camioneta Kía Sportage roja con dos ocupantes. En sentido contrario, se desplazaba un Peugeot 407 plateado, con tres personas a bordo.

Y fue sobre el kilómetro 90, por causas que son materia de investigación, que los dos rodados se cruzaron y protagonizaron la tragedia.

De acuerdo a lo narrado por un integrante de la Fiscalía Descentralizada de Magdalena, Leonardo Frattini, habría sido el Peugeot 407 el que presuntamente se cruzó de mano.

Las razones que desembocaron en esta imprevista y determinante maniobra no se determinaron todavía.

Sin embargo, unos metros antes de donde sucedió el choque, a un costado de la ruta, se veía un gran charco de agua seguido de unas cuantas huellas de barro.

Eso, sumado al irregular estado del pavimento, cargado de desniveles y parches de brea, hace ahora suponer que pudo tener incidencia en el desastre.

“Sea por la razón que fuere, el conductor del 407 habría perdido el control del auto, que ladeado, se cruzó de carril. Inevitablemente, la camioneta terminó embistiéndolo rodado casi frontalmente”, expresó un jefe policial a este diario.

Por lo que quedó de ambos vehículos, el choque tuvo una terrible virulencia.

Los dos motores quedaron por fuera del capot; las ruedas giradas y retorcidas; las dos cabinas totalmente reducidas, comprimidas una contra la otra y los asientos lejos de su lugar, haciendo inevitable el deceso de cualquier persona que viajara en ellos, más allá de los cinturones de seguridad o la activación de los airbags.

El choque, siempre siguiendo las declaraciones de los investigadores, pudo ser apreciado por un hombre que viajaba en otro auto, al parecer por detrás de la camioneta. Por lo que se supo, fue esa persona quien llamó al servicio de emergencia.

La Policía llegó a la escena del fatídico episodio a las 13.30, seguida por bomberos y una ambulancia.

En ese preciso momento se comenzó con lo que, se creía, era un rescate.

Ambos vehículos fueron separados por los rescatistas, quienes encontraron al conductor de la camioneta Kía con signos vitales.

El hombre fue inmediatamente cargado a la ambulancia, pero no resistió y murió camino al centro asistencial. Las cuatro personas restantes habían fallecido en el acto.

Según los voceros, las dos personas que viajaban en la camioneta se llamaban Alfredo Coito (37) y quien sería su hijo, Ezequiel (10). Ambos eran oriundos de Punta Indio.

En el Peugeot, por su parte, iban María Teresa Centore (48), de Banfield; Damián Cires (38), de Punta Indio y Oscar D’anna (41), de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, agregaron.

Notas relacionadas

Un gran congestión de tránsito