Fue a una remisería a pedir ayuda: tenía un tiro en la espalda

Desorientado, dolorido y al punto de desvanecerse, un joven apareció con la espalda cubierta de sangre en una remisería de 88 entre 14 y 15. Las circunstancias en las que lo hirieron de bala no están claras, y ya motivaron una investigación por parte de la Policía.

Poco después de las 11 de la mañana de ayer, a un adolescente de 17 años le dispararon con un arma, que le produjo una herida de consideración.

De acuerdo a la versión que dieron en la comisaría, “ese chico había mantenido una discusión con otro vecino por asuntos sentimentales”, sin que se deslizaran otros pormenores.

En el barrio nadie consiguió siquiera confirmar o desmentir ese relato: “Llegó así todo lastimado y ni la madre sabía qué le había pasado”, indicó un hombre que trabaja en la remisería.

Hacia ese local se había acercado la víctima, caminando sola, con el último hilo de fuerza que le quedaba. “Vino para pedir un auto que lo lleve al hospital, pero así con la espalda llena de sangre no lo podíamos trasladar”, se excusaron en ese lugar.

Ante la negativa, y a punto del desmayo, el joven cayó tendido en el pasillo de acceso a la remisería. Una enorme mancha roja se expandía por el sector lumbar de su espalda. Un patrullero se acercó a ver qué pasaba y convocó una ambulancia. “Tenía mucha demora y los policías decidieron llevarlo. El pibe ya se empezaba a poner pálido”.

El móvil lo llevó hasta el hospital San Martín, al parecer acompañado por su madre. En ese centro médico lo operaron y “le extrajeron una bala calibre 9 milímetros”, dijo un vocero policial, contrariamente a la evaluación de un testigo, que dijo haberle visto al joven un orificio de bala pequeño.

El caso está siendo investigado y por ahora no se descartan hipótesis, aunque la más firme sería la del conflicto con un vecino despiadado.