Para Emanuel Gigliotti, la peor de las pesadillas

El delantero, que conoce lo que es marcar un gol en un superclásico, anoche se quedó con las ganas. Y algo más

La otra cara de la moneda. En el polo totalmente opuesto a la monumental noche de Barovero resulta inevitable colocar a Emanuel Gigliotti que atravesó la peor de las pesadillas casi desde el mismo comienzo del partido.

El goleador no dudó un instante en tomar la pelota para hacerse cargo de la ejecución del penal cobrado por Delfino cuando se llevaban jugados 15 segundos. El delantero venía dulce: había amargado a River con cuatro goles convertidos vistiendo distintas camisetas y estaba convencido que se aproximaba una nueva oportunidad. Pero no. Barovero le detuvo el suave envío y así empezó para el nueve de Boca su noche más negra.

Gigliotti no sólo tuvo la enorme chance del penal ya que durante el primer período del partido tuvo otras situaciones muy claras que desaprovechó. A los 12 minutos, después de un remate de Carrizo hubo un rebote que tomó el centrodelantero pero su derechazo se fue desviado. A los 30 tuvo otra oportunidad pero le anularon el tanto por una posición adelantada que no existió. Casi sobre la culminación de la etapa inicial cruzó demasiado un cabezazo que se fue muy cerca del poste izquierdo millonario.

Los archivos cantan que en el año 2009, Gigliotti le marcó a los millonarios vistiendo la camiseta de Atlético Tucumán; en el Clausura 2011, festejó en el triunfo de All Boys por 2 a 0. Con Colón, en el 2013, fe el autor del gol sabalero en la victoria riverplatense por 2-1.

Y finalmente con gol suyo, el Boca de Carlos Bianchi ganó 1 a 0 el superclásico por el Inicial 2013. Anoche todo salió al revés. Cosas del fútbol

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