Desahogo a puro gol
Edición Impresa | 29 de Noviembre de 2014 | 00:00
COMENTARIO
Por WALTER EPISCOPO
En santafesino se mostró para empujar un centro atrás en jugada que él mismo había empezado a dibujar en la franja central, y ganó en despliegue por la izquierda, en el tramo final del primer tiempo.
El Lobo había manejado la pelota casi todo el tiempo, y el trámite le permitía trasladar la ventaja al marcador, pero las situaciones pasaron de largo, y cuando los nervios empezaban a ganar espacio, Vegetti certificó sus antecedentes.
Gimnasia había sido el mismo de los partidos anteriores, aunque con una mayor dinámica, tanto para ejercer presión sobre la pelota, como para desplegar el juego, y la apertura fue una consecuencia lógica por cuanto el Cervecero se mostró desordenado en el fondo y sin un plan de mitad de cancha para adelante.
Pablo Quatrocchi, el director técnico de Quilmes, intentó algún tipo de solución para el segundo tiempo con el ingreso de Miguel Montaño, pero de entrada, antes que el conjunto visitante pudiera intentar algo, de nuevo Vegetti, ahora con una definición de lujo, adelantó el final. Seis son los goles de Vegetti en el presente torneo, es el máximo anotador del equipo
Nunca Vegetti había convertido dos goles en un partido con la camiseta de Gimnasia
Todo comenzó en un tiro libre por la izquierda, que se efectivizó rápido, y un par de toques hizo que la pelota llegara cruzada por abajo, justo a la medida del jugador más adelantado de Gimnasia, que resolvió conectando con el taco.
El gol terminó de derrumbar a Quilmes, una formación que no estuvo a la altura de las circunstancias, porque fracasó en la marcación, sobre todo la de Javier Mendoza, que desbordó la veces que se lo propuso, y no encontró la forma de complicar en ataque.
No hubo un jugador que se hiciera cargo de la pelota en la zona media, y a los bochazos que viajaron para la cabeza de Gonzalo Klusener les faltó una continuidad, porque el delantero de punta por lo general apareció sin compañía.
Así como las explosiones interrumpieron el trámite en la primera etapa, con el peligro que eso significó para que el trámite pudiera cambiar de alguna forma, a mitad del complemento la presencia de banderas de Estudiantes en una de las cabeceras hizo que Carlos Maglio, el árbitro, interrumpiera de nuevo el juego.
Pero la actuación de Quilmes estuvo más allá de todo, y nada, en absoluto, pudo esta vez alentar alguna reacción.
Lo único que faltaba era otra jugada de Mendoza, ahora entrando en velocidad por la derecha, y con la pelota atada a la zurda. Lo cruzaron abajo cuando buscaba encontrar la mejor posición para definir, y aunque el árbitro primero dejó seguir, terminó cobrando un penal del que se encargó Licht.
El Bochi tocó suave de zurda cuando el arquero había viajado a su izquierda y la hinchada pegó el tercer grito de la tarde-noche, el último del año en 60 y 118, porque el partido de ayer contra Quilmes representó la despedida del equipo que el próximo fin de semana se trasladará a la Bombonera para visitar a Boca.
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