El equidna, un pequeño asesino con púas
| 16 de Marzo de 2014 | 00:00

Especial para EL DIA de National Geographic
Un mamífero con púas que pone huevos ya es algo suficientemente extraño, pero resulta que los equidnas de hocico corto son todavía más raros de lo pensado.
El equidna de hocico corto pesa hasta 4 kilos y se asemeja a un gran erizo, y es una de las únicas tres especies de monotremas -o mamíferos ovíparos- que quedan en el mundo, junto al ornitorrinco y el equidna de pico largo. A diferencia de los erizos, el equidna tiene púas que son en realidad pelos modificados.
Es uno de los mamíferos más comunes en Australia, versátil, vive desde los trópicos hasta la isla de Tasmania, donde el zoólogo de la Universidad de Tasmania, Stewart Nicol, viene estudiando el comportamiento del animal mediante radiotransmisores desde 1996. Antes de Nicol, se trabajó muy poco con los equidnas.
Los equidnas viven hasta 50 años. Su longevidad se debe a que tienen un metabolismo muy lento y una temperatura corporal muy baja (aproximadamente 32 grados). Nicol viene rastreando a algunos equidna desde hace 18 años.
“Parecen tener personalidades- algunos de ellos son malhumorados y parecen disgustarse cuando se los toca, otros son muy dóciles. Algunos hacen pis cuando se los levanta”.
Gracias a su cerebro inusualmente grande y complejo, estos animales también son inteligentes.
Los machos tienen un territorio amplio y lo agrandan para asegurarse tener acceso a tantas hembras como sea posible. Machos y hembras hibernan en cuevas, pero los machos suelen despertase antes y meterse en las cuevas de las hembras, donde se aparean con animales que todavía están hibernando. Las hembras pueden incluso despertarse preñadas, quizás sin recordar haberse apareado (fenómeno que Nicol denominó “sexo frío”).
En general, las hembras son promiscuas, y se aparean con muchos machos, y sigue apareándose cuando están preñadas. “No está en claro si es decisión de las hembras”, aclaró Nicol.
Los machos tienen testículos enormes. Durante la temporada de apareamiento, los testículos pueden equivaler a un 1 por ciento de la masa corporal. (Como los órganos son internos, fueron medidos con ultrasonido). Los testículos grandes suelen implicar una dura competencia por las hembras promiscuas, lo que es muy cierto en el caso de los equidnas: es común ver hasta 10 machos persiguiendo a una sola hembra.
Otro ejemplo de la intensa competencia por las hembras es lo que sucede con los testículos durante la hibernación. Los testículos de otros animales que hibernan se achican durante ese período y deben volver a crecer cuando el animal recupera temperatura. En los equidnas los testículos vuelven a crecer antes de empezar a hibernar, de manera de estar listos para la acción ni bien recuperan temperatura.
Los machos pueden matar a las crías. Después de tres semanas de gestación, la hembra cava una cueva y deposita un huevo directamente en su saco marsupial, incubándolo durante 10 días hasta que el bebé nace. La hembra luego alimenta a su cría durante cinco o seis semanas antes de dejar la cueva para alimentarse. Vuelve a intervalos de cinco a seis días para alimentar a la cría, y sólo permanece con ella unas pocas horas.
Mientras la madre está en la cueva incubando el huevo o ya acompañando a su bebé, los machos intentan entrar a la cueva presumiblemente para volver a aparearse con la hembra.
Si esto sucede la cría muere; ”no sabemos exactamente cómo, pero presumiblemente por el solo hecho de ser deshalojada del saco de su madre”, lo que lleva a la hembra a volver a entrar en celo, explicó el científico.
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