“Nunca vimos nada raro”

Vecinos de la casa del barrio porteño de Lugano en la que la menor fue esclavizada, señalaron que “nunca vimos nada raro en la cuadra” que los hiciera sospechar de la situación.

“Todas las mañanas salgo a barrer la vereda frente a la casa y nunca vimos nada raro”, comentó Blanca, una de las vecinas de la vivienda ubicada en la calle Pola.

La niña fue obligada a convivir con un perro y un mono y compartir la comida con los animales, y por su bajo peso debió ser internada, según el caso que el martes tomó estado público.

“Empecé a llorar cuando me enteré lo que pasó”, indicó la vecina, quien confirmó que la hermana biológica de la menor la estaba buscando y que fue quien alertó a la justicia sobre “una situación irregular”, lo que originó el allanamiento que puso al descubierto la macabra historia.

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