El perseguidor: Nadal, a la caza de récords de Vilas

El español, con desafíos muy importantes en la gira sobre polvo de ladrillo de la ATP

Rafael Nadal fue el gran ganador del año pasado, un tenista tan abrumador que metía miedo: tras 8 meses fuera de las canchas, el mallorquín volvió sediento de gloria y cosechó 10 títulos, su segunda mejor marca (en 2005 se llevó 11 trofeos). Pero este año comenzó turbulento para Rafa, que a partir de su lesión lumbar en la final de Australia volvió a ser el eje de las especulaciones sobre su estado físico y su estilo de juego no sustentable: por su modo de jugar, Nadal lleva a su cuerpo al límite, y a lo largo de una temporada ese esfuerzo tiene sus consecuencias.

Pero pasaron los primeros torneos grandes en superficie dura (Indian Wells y Miami) y el español, aliviado, aterriza en una superficie mucho más benigna para el físico y, además, su predilecta: desde el lunes comenzó en Montecarlo la temporada grande de polvo de ladrillo, una gira que pasará por Barcelona, Madrid y Roma antes de desembocar en Roland Garros, el patio de la casa para Nadal.

Sus números allí son verdaderamente asombrosos. Su marca de 8 títulos en un major es récord, como también su récord de partidos en el torneo: jugó 9 torneos y apenas cayó en una ocasión (Soderling le contará a sus hijos de aquella hazaña de 2009), edificando un historial de 59 victorias y una sola derrota. En cantidad de triunfos iguala o supera a la del argentino Guillermo Vilas, según se cuente o no una victoria por walkover (no se presentó su rival) en 1980 (la ITF no la computa); pero Willy ostenta además diecisiete derrotas en Francia, y solamente un título, el de aquella temporada de 1977.

Ese mágico año Willy ganó en Buenos Aires, trofeo que le significaría ser el único tenista hexacampeón de un torneo hasta la llegada de Rafa: el español es hexacampeón no de uno sino de tres torneos, Montecarlo (el Masters 1000 que comenzó el lunes), Barcelona y Roland Garros. Vilas estableció también la marca de 53 partidos ganados sobre polvo de ladrillo de manera consecutiva, consiguiendo además 7 títulos; Rafa superó la marca (aunque a lo largo de tres años) 29 años después con creces, ganó ¡81! encuentros consecutivos entre Montecarlo 2005 y Hamburgo 2007, para totalizar 18 títulos seguidos sobre tierra.

Por supuesto, los números de la carrera de Willy no dejan de ser sorprendentes y, algunos de ellos, inalcanzables para los tenistas de esta era, aún para animales de la tierra batida como Rafa. Vilas jugó en una era donde se disputaban torneos pertenecientes a dos circuitos paralelos, el Grand Prix Circuit y el World Championship Tennis (no existiría hasta 1990 el ATP Tour), lo que significaba una mayor cantidad de torneos; pero de todas maneras no dejan por ello de ser motivo de admiración sus estrafalarios números.

Lidera, por ejemplo, el ranking de jugadores que más encuentros han ganado sobre clay, con espectaculares 632 victorias; Nadal, aunque es el jugador con mejor porcentaje de victorias en la superficie (con una efectividad de 93,4%), tiene apenas 298 victorias. Difícilmente pueda alcanzar Rafa, además, la marca de 16 títulos en una temporada que consiguió Vilas en 1977, o los 13 títulos sobre polvo de ladrillo que consiguió ese año (en la actualidad hay un total de 16 semanas con torneos en tierra).

Pero sí puede superar a Vilas en otra de las inhumanas marcas que logró: como una sombra negra, Nadal, ya considerado como el mejor de todos los tiempos en polvo de ladrillo, va por los 46 títulos de Willy sobre la superficie. El argentino observa pacientemente como Nadal se acerca a una cifra que asomaba inalcanzable; el español, con el título conseguido en Río este año, no sólo quedó a tres trofeos de alcanzarlo, sino que además igualó su cantidad total de títulos, 62.

Que Nadal alcance a Vilas durante esta gira europea de polvo de ladrillo dependerá, claro, de cómo esté Nadal, reconocido tanto por su hambre como por las dificultades físicas que su juego acarrea. Rafa cayó en la final de Australia a comienzos de este año por un problema en su espalda que sumó a las ampollas volcánicas que arrastró aquellas dos semanas. La lesión lo obligó a pasar un rato fuera de los courts (motivo por el cual fue baja en el torneo de Buenos Aires) y a su vuelta ha conseguido enarbolar su tenis más intenso solamente en cuentagotas.

Para superar a Vilas necesitará ganar cuatro de los cinco torneos de la gira, para lo cual contará con su mentalidad de acero y su histórica dominación de la superficie, pero precisará, además, de un físico entero que no arroje dudas que lo lleven a bajar la intensidad de su juego. ¿Llegará Rafa a la gira de polvo de ladrillo con el mismo fuego conquistador que el año pasado?

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