Veterinarias con miedo por el robo de una droga que usan como alucinógeno

El robo de ketamina, una droga utilizada como anestésico, pero que consumida por los seres humanos es un alucinógeno muy peligroso que puede resultar letal, preocupa en las veterinarias locales.

La última ola de robos a veterinarias con el fin de conseguir esta sustancia se produjo en el mes de mayo y la mayoría de los hechos se concentraron en el oeste del conurbano y algunos se produjeron en La Plata.

El modus operandi en la mayoría de los casos fue similar: una pareja que fingía llevar a su gato a vacunar y una vez en el establecimiento robaba la droga, cuyo uso está restringido y muy controlado aún para los veterinarios, dada su alta peligrosidad.

Así lo indican desde el Colegio de Veterinarios Bonaerense, donde destacan que en el momento más crítico llegaban a denunciarse entre dos y tres robos por día de ketamina en veterinarias de la Provincia. Castelar, Ciudadela, Haedo, Moreno, Palomar, San Justo, Villa Luzuriaga, Morón, Caseros, Ituzaingó y Paso del Rey, fueron, junto a La Plata, algunas de las localidades afectadas.

“Desde hace diez días, más o menos, no se reportan hechos nuevos, pero no estamos tranquilos. Desde que la ketamina apareció asociada al consumo ilegal como alucinógeno se incrementaron mucho los controles sobre su venta. Hoy los veterinarios podemos comprar de a cinco frascos y pedir autorización si necesitamos más. A eso se suma que, dada la situación, muchos profesionales decidieron reemplazara por otros fármacos. Nuestra preocupación es que, en el marco de estos robos en los que se busca ketamina, los ladrones no le crean al veterinario cuando le dice que no tiene o que tiene poco y tengamos que lamentar una tragedia”, dice Osvaldo Rinaldi, vicepresidente del Colegio de Veterinarios de la Provincia.

Esta ola de robos de ketamina en veterinarias no es la primera. En 2013 se produjo otra que motivó una advertencia de la entidad que nuclea a los veterinarios. Para Rinaldi, “no podemos descartar que esto vuelva a pasar si la ketamina se sigue usando como sustancia adictiva en determinados círculos”.

Ese uso no sólo preocupa por los robos, sino también por los efectos que esta droga puede tener entre los que la consumen.

La ketamina, dice el Colegio de Veterinarios en un comunicado “es absolutamente de uso profesional y los veterinarios la deben comprar bajo receta archivada y sólo para consumo interno. Ya sea líquida o en polvo, es anestésico y analgésico disociativo con potencial alucinógeno (interrumpe en forma selectiva las vías cerebrales de asociación y produce bloqueo sensorial).

Es considerada una droga “muy potente y peligrosa para los seres humanos, ya que puede producir alucinaciones, depresión, aumento de la presión sanguínea, alteración de la conciencia y pérdida del conocimiento, ataques de pánico, episodios psicóticos, convulsiones, vómitos diarrea y trastornos cognitivos a largo plazo. En ocasiones puede provocar hasta asfixia, derrames cerebrales y paro cardíaco.

Los profesionales consideran importante que se tomen las precauciones pertinentes y se comprenda la importancia de denunciar los robos ya que es el profesional el responsable por la droga sustraída. En la denuncia debe aparecer el número de serie, y lote de la medicación robada.