Conducir a los trece

Por SUSANA MACHADO GARCIA

Cualquier elemento en manos de un niño se puede transformar en un elemento mortal, ante la ineptitud, la falta de control, el sentimiento de omnipotencia y otros factores. Todo esto hace que ese elemento se transforme en un arma.

La pregunta de rigor que cabe es: ¿quien es el adulto que permite que un niño pueda conducir un auto?

Que esto se haga sin la supervisión o control de un adulto responsable.

Si el niño a su vez carga en el vehículo a otros jóvenes mayores en la creencia que al tener el vehículo es el jefe de la manada, se ha sobrevaluado su posicionamiento en una creencia totalmente errónea pero que está fundada en un adulto significativo que es el que cede el auto, (padre, tío abuelo, padrino)..

Hoy ese niño nos guste o no por culpa de un adulto que no pudo simplemente decir” no”, “si no pasa nada, que puede ocurrir si el es grande ya” (razonamiento irresponsable ese niño mató a alguien, en un juego real no virtual, y mas allá de lo traumático del episodio ese niño deberá aprehender a crecer con esa herida vandálica.

Considero que los adultos no podemos pasarlo por alto nuestra responsabilidad.

Apurar a los niños a crecer no es un juego que siempre salga bien. Generalmente sus consecuencias son fatales.

*Psicóloga

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