Amelia, una reina que llegó radiante a los cien

Con una belleza que esquivó los efectos del paso del tiempo, Amelia Fairutti de Lahourcade festejó ayer 100 años. Sus hijas y nietos le organizaron una reunión en la que se reencontró con familiares y amigos con los que repasó distintos momentos de su vida.

Amelia nació en Coronel Pringles, se recibió de concertista de piano y se casó con Rodolfo Lahourcade con quien tuvo a sus tres hijas, Graciela - ya fallecida -, María Amelia y Margarita.

Sin embargo, cuando sus hijas terminaron la secundaria y se mudaron a La Plata para continuar sus estudios universitarios, decidió dejar atrás su apacible vida pueblerina y en 1966 se mudó junto a su esposo a esta Ciudad.

La necesidad de estar junto a ellas fue tan clara que no le importó renunciar a algunas comodidades como tener que vivir un tiempo en un pequeño departamento o hacer trabajos de costura hasta que su esposo consiguió un buen empleo.

“Yo sabía corte y confección, algo usual entre las mujeres de mi época”, contó con una sonrisa que mantuvo durante toda la fiesta.

Tan fiel fue a la consigna de estar cerca de las chicas que aún hoy vive sola, pero en un departamento de la zona de 8 y 32 que está en el mismo edificio que el de su hija Margarita.

“Mamá es muy independiente, pero le gusta estar cerca; además dispone de sus tiempos, sale a caminar con la persona que la asiste y siempre está interesada en los temas que la mantienen actualizada”, aseguró su hija menor.

Amelia fue reina de la primavera en su ciudad natal, cuando las jóvenes más lindas eran elegidas por el periódico local. Pese a sus años aún conserva su elegancia y es muy coqueta.

A la hora de contar su secreto para mantenerse tan bien, consideró que la longevidad viene de su familia, come de todo, pero con moderación y le gusta tomar un poco de vino o cerveza. Se entretiene viendo películas de cine europeo, ballet, ópera o a través de la lectura de diarios y revistas. “Lo que siempre me gustó es viajar, pensar que tuve un pretendiente que me propuso recorrer el mundo entero y no quise”, afirma con picardía mientras sus familiares festejan su buen humor.