Pitana acusó el cansancio y tuvo una noche para el olvido

ANALISIS
Por NICOLAS NARDINI

E l desaguisado protagonizado en partes iguales por la AFA y la CONMEBOL terminó de la manera que el sentido común indicaba que podía acabar: mal .

Mientras la entidad que rige el fútbol sudamericano ya había designado a Néstor Pitana para el clásico de anoche, la AFA mandó al árbitro mundialista a dirigir Newell´s-Olimpo en la noche del lunes. Así, tuvo que salir a hacer respetar el reglamento con menos de 24 horas de descanso entre un cotejo y otro, a lo que se sumó el viaje desde una sede a la otra.

En ese marco, Pitana no esta ni cerca del nivel que lo llevó a estar en el Mundial de Brasil. Dejó pegar en demasía, estuvo lejos de las acciones y, para colmo, sus asistentes no lo ayudaron: Javier Uziga se “comió” un gol de Estudiantes (ver imagen aparte). Atenuantes al margen (fue una acción sucia donde Monetti tapa buena parte del ángulo de visión) el error no deja de ser gravísimo. Su actitud permisiva fue la comidilla perfecta para que los jugadores, en un clásico de por sí caliente, se pasaran de la raya y apelaran reiteradamente al juego brusco. Barsottini y Pouso abusaron más de una vez del juego brusco sin recibir las merecidas amonestaciones a tiempo y Auzqui zafó de la roja tras estar amonestado. Son sólo algunos ejemplos, en el marco de un partido donde Pitana jamás estuvo a la altura de las circunstancias.