De punta en blanco

El hall de acceso del Teatro Argentino está inundado de vestidos de novia y quince años que, lejos de pretender ser una exposición de trajes de fiesta, forman parte de “Blanca y radiante. Tradición, realidad y otras calamidades”, una muestra de las artistas Kitty De Bártolo y Rosana Arena que busca reflexionar sobre la violencia de género.

La exposición, que se puede recorrer con entrada libre y gratuita hasta el 11 de octubre, está formada por quince instalaciones de trajes intervenidos que, según las palabras de la curadora Angela Márquez, “con ironía y creatividad invitan al espectador a realizar su propia lectura frente a cada obra, en relación a su historia personal manifiesta o íntima”.

UN DISPARADOR

Apelando a que cada montaje se complete con la experiencia del público, “los vestidos se convierten en un disparador para sumergirnos en el tema central que es la violencia de género en todas sus manifestaciones, desde el abuso hasta los requerimientos de la moda, entendiendo por género el conjunto de características diferenciadas que cada sociedad asigna a hombres y mujeres, Inmersos en una atmósfera surrealista y con alto contenido simbólico, los objetos nos interpelan en el contexto más real”.

Cada una de las instalaciones se completan con fragmentos de poemas, canciones, leyendas y reflexiones en las que no faltan alusiones a la Susanita de Mafalda, María Elena Walsh con su Réquiem de madre y Manuelita, Noche de bodas de Chavela Vargas, reflexiones del imaginario colectivo y mitos urbanos.

“Pertenecemos a una generación, una época, un siglo pasado. Los años ’60 marcaron un antes y un después en las sociedades capitalistas, y nosotras somos hijas de esa década. Provenientes de familias cristianas y conservadoras, educadas en una institución laica, las frases que acompañaron nuestra infancia fueron: de eso no se habla, algo habrán hecho, la mujer a la cocina, por algo habrá sido, andá a lavar los platos . Invisibilizadas, golpeadas, maltratadas o enaltecidas debajo de un vestido blanco. Radiantes para afuera y atrapadas en las redes de la relación, de mandatos y la crueldad de una sociedad nunca inocente. Blanca y radiante es un recorte de nuestra educación, de nuestra sociedad y nuestra cultura”, aseguraron, por su parte, las artistas.