Gimnasia no pudo contra Lanús, Laverni y sus asistentes

El gol del partido fue en un clamoroso fuera de juego

Por WALTER EPISCOPO
ANALISIS

Gimnasia no pudo contra Lanús y contra los horrores arbitrales de Laverni y sus colaboradores, que con fallos que dispararon la polémica perjudicaron claramente al conjunto albiazul. El Lobo se volvió con las manos vacías de La Fortaleza y tendrá que jugarse por entero el próximo fin de semana en el Bosque, en la revancha de la Liguilla.

Fueron cuatro los errores de entidad que perjudicaron a Gimnasia, pero uno de ellos estuvo al borde del escándalo: en el minuto 36 del complemento cinco jugadores locales quedaron en posición fuera de juego y uno de ellos, Velázquez, anotó el único gol del partido. La posición indebida de los granates era archi evidente. Sin embargo, el asistente Navarro no levantó su bandera y Laverni convalidó un gol viciado claramente de nulidad.

Antes, le había otorgado un penal inexistente a Lanús y no había sancionado dos muy claros en favor del Lobo: uno a Meza y otro a Ignacio Fernández. Fue uno noche donde la terna arbitral, con su pésima labor, tuvo una influencia directa y decisiva en el trámite del partido.

LAVERNI HIZO DE LAS SUYAS...

Gimnasia no la pasaba bien por falta de volumen de juego. Sin embargo, la falta de justeza del Granate en la primera media hora le permitió a los mens sana permanecer con el marcador en blanco. Y a los 28 minutos de la etapa inicial, quien hizo lo indecible para torcer la balanza en favor del dueño de casa fue el árbitro del partido, Saúl Laverni, que sancionó un insólito penal en favor de los de Guillermo Barros Schelotto.

En un envío aéreo sobre el área tripera, Aguirre y Rinaudo se tomaban -mutuamente y con más fuerza del hombre local que de Fito- y el juez decidió cobrar penal. Un penal que sólo él vio en el estadio. Los jugadores mens sana, sabiendo de los “pergaminos” de Laverni en el mundo de las polémicas arbitrales, protestaron pero midiéndose, para evitar un tarjetazo generalizado.

De todos modos, Navarro hizo lo suyo y luego de poner nervioso a Aguirre, contuvo el penal con gran seguridad, abajo a su derecha. Así, la injusta sanción del árbitro no tuvo incidencia en el marcador.

Polémica al margen, hay que marcar que Gimnasia no estuvo fino en el primer tiempo. Le costó manejar la pelota (cuando el balón no pasa por los pies de Nacho Fernández el equipo lo siente ostensiblemente) y, lo que no es para nada habitual en los equipos de Troglio, dejó muchos espacios por los costados, bien aprovechados por Acosta -sobre todo- y Benítez. El Lobo dejó autopistas sin cubrir por las bandas y el Granate sacó provecho de semejante ventaja.

Adelante, sólo Mazzola aguantando de espaldas a las portería rival todo lo que le tiraban y alguna ruptura desde atrás de Mendoza, generaron una sensación de peligro sobre la meta local.

En el complemento, el Lobo intentó adelantar sus líneas, aunque siguió falto de fútbol y obligó a Mazzola a jugar en soledad.

Eso sí, los de Troglio pudieron mejorar en cuanto a solidez defensiva. De hecho, de no haber sido por el grosero error de la terna arbitral, el partido tenía un destino de empate. O hasta pudo haberlo ganado si le hubieran dado alguno de los dos penales que vieron todos salvo Laverni en el estadio.

Gimnasia se retiró como un manojo de nervios del estadio. La impotencia de los protagonistas se vio primero en Troglio, que se fue expulsado, y luego en los jugadores, que explotaron al final.

La injusticia fue grande para los mens sana. Fueron fallos de una incidencia gigantesca. Los errores bordearon lo grotesco.

Así y todo, Gimnasia debe saber que esta es una eliminatoria de 180 minutos, por lo que más temprano que tarde tendrá q ue ponerse a pensar en la revancha y en dar vuelta una historia que comenzó torcida.

Bosque
Guillermo Barros Schelotto
Ignacio Fernández
La Fortaleza
Lanús
locuratripera
Nacho Fernández
Saúl Laverni

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