Las causas detrás del consumo y el peso de nuevas sustancias

Algunos dicen que es un reflejo de lo que pasa en la sociedad. Otros apuntan a las condiciones laborales

Cuando se trata de explicar las razones por las cuales crece el consumo de alcohol y drogas en el ámbito laboral, son varios los argumentos que se esgrimen. Algunos hablan del aumento del consumo de drogas en la sociedad que se refleja también en el ámbito laboral. Otros especialistas suman a este factor otras posibles causas, como el ambiente laboral, la forma en que se organizan los procesos productivos, la insatisfacción y el estrés de los trabajadores.

Entre estos últimos se cuenta Julio César Neffa, investigador del CONICET doctorado en Ciencias Sociales del Trabajo por la Universidad de París y autor del libro “Los Riesgos Psicosociales del Trabajo/ Contribución a su Estudio”, presentado recientemente en nuestra ciudad.

Neffa destaca en el apartado dedicado al consumo de alcohol y drogas de ese trabajo que “es cada vez más frecuente que se identifique dentro de los lugares de trabajo a quienes beben, fuman o toman drogas en exceso”, algo que sucede en muchos oficios y profesiones, incluidos casos de profesionales prestigiosos, docentes, artistas o deportistas.

Mientras para las empresas y organizaciones, el consumo de alcohol o drogas por parte de uno o varios de sus empleados conlleva índices altos de ausentismo, accidentes y enfermedades profesionales, incrementa los costos de producción y reduce la competitividad, para el propio trabajador puede ocasionar un deterioro de la salud, accidentes, sanciones, problemas de familia, la pérdida del trabajo y hasta la exclusión social.

Pero Neffa pone el acento en aquellas características del propio trabajo que pueden generar insatisfacción y estrés, favoreciendo así en algunos trabajadores el consumo y la adicción, entre las que destaca las jornadas laborales demasiado prolongadas, los turnos rotativos, el trabajo en condiciones meteorológicas adversas, la precariedad de las instalaciones donde se trabaja, las demandas de esfuerzo exageradas, las pocas posibilidades de promoción, la inestabilidad en el empleo, la conflictividad laboral o hasta las tareas poco estimulantes o rutinarias que llevan al aburrimiento.

Para la especialista en ciencias sociales del trabajo, Andrea Suárez Maestre, el consumo de drogas en el trabajo es un problema en cuya solución deben comprometerse tanto empresas y sindicatos como el Estado, ya que “no se trata de una propensión individual ni de un tema individual, sino producto de una situación que afecta al colectivo de trabajadores bajo determinadas condiciones laborales (..,) en muchos casos se culpabiliza al trabajador y eso incrementa el problema de adicción estigmatizando a la víctima”.

Para Suárez Maestre “en primer lugar hay que hacer visible el problema y después enmarcalo en la forma en que el trabajo se organiza (...) para eso se sancionaron leyes de comités mixtos en sector privado y comisiones mixtas en el ámbito público para que entre sindicatos y empresas tomen medidas de prevención y diseñen programas de mejoras de condiciones laborales”.

Suárez Maestre destaca otro elemento detectado en los últimos tiempos en el ámbito laboral.

“El tipo de sustancias al que se asocia habitualmente la adicción es el alcohol en demasía o las sustancias ilegales. Pero lo real es que existe un abuso de medicamentos como calmantes, relajantes antidepresivos, ansiolíticos, que son prescriptos a veces por períodos cortos de tiempo por situaciones estresantes o traumáticas y que luego se vuelven de consumo crónico por la autoadministración. Muy pocas personas reconocen un problema en eso. Entonces no lo dicen porque no se consideran adictas”.

La especialista destaca el valor de las medidas de concientización prevención en cualquier ámbito de trabajo aunque cuestiona las respuestas que apuntan a abordar el problema como una afección puramente individual.

“Generalmente los protocolos de uso más extendido en las empresas frente al trabajador que consume drogas o alcohol en el empleo son los que apuntan a individualizar el problema. Es decir que se identifica al trabajador, se lo aparta y se lo somete a un tratamiento empeorando la situación, porque además de estar enfermo, se lo culpabiliza”, dice la especialista.

Al referirse a la recuperación de los trabajador que consumen drogas o alcohol, la experta sostiene que “va a depender del acompañamiento de la organización y de su ámbito social y familiar”.

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