Intimidad de discapacitados, un mito que queda al descubierto
| 12 de Diciembre de 2015 | 02:38

“Intocable” (2011), uno de los fenómenos más taquilleros de los últimos años, evidencia la vida de un hombre parapléjico que construye inesperadamente una amistad entrañable con su cuidador.
La película francesa, junto con “Las sesiones” (2012) -otra arriesgada apuesta cinematográfica en la que una terapeuta decide ser asistente sexual de un hombre paralítico- inquietan a la audiencia, entre otras razones, porque responden a una pregunta poco tratada en la sociedad: ¿cómo viven las personas con diversidad funcional su sexualidad?
La figura del asistente sexual
De acuerdo con la organización española Sex Asistent Catalunya, un asistente sexual es “[un individuo] que, habiendo superado una formación básica, elige especializarse en el apoyo de la vida sexual de las personas con diversidad funcional, por voluntad propia, requiriendo para ello el conocimiento detallado de las necesidades, [con el fin] de realizar un eficaz acompañamiento de asistencia sexual”.
En medio de este debate, otras organizaciones como Tandem Team Barcelona (TTB), han llamado la atención de la opinión pública, pues según refieren “sin ningún interés económico”, está dispuesta a colaborar con proyectos que contribuyan a la defensa de la diferencia y la diversidad en cualquier de los dominios de expresión humana (social, sexual, cultural, laboral o económica).
“La experiencia no la puedo contar yo, pero sí puedo hablar del cambio en la actitud de mi hijo; de la relajación y tranquilidad que se han instalado en él tras la asistencia sexual. Doy muchas gracias por haber conocido estos servicios y agradezco que haya personas dispuestas a compartir su sexualidad”, recalca la madre de un usuario de la asociación TTB.
Este es uno de los tantos testimonios que ilustra la experiencia de quienes utilizan los servicios de la iniciativa que se fundó en 2013. “Nuestra labor -asegura TTB- consiste en proponer métodos y prácticas “ad hoc” para que la persona con diversidad funcional se constituya un ser autónomo”.
El director de TTB, Francesc Granja, creó esta asociación después de reflexionar durante varios años sobre su situación personal. En 1994, Granja tuvo un grave accidente de coche que le ocasionó daños irreversibles.
La asociación Tandem Team Barcelona, pionera en asistencia sexual, ofrece talleres de Danza integrada; en los que diferentes personas, con o sin diversidad funcional, tienen la oportunidad de acercarse, conocerse y comunicarse a través del cuerpo. Foto cedida por TTB.
“Hasta el día del choque -cuenta para la revista “Sobre Ruedas”- todas mis relaciones sexuales habían tenido su epicentro en la zona genital. Por esta razón, cuando me quedé tetrapléjico, me descarté como hombre sexuado, es decir como una persona capaz de dar y recibir placer. El tiempo y las experiencias que tuve a lo largo del camino me abrieron puertas que no sabía que existían. Un buen ejemplo de este cambio de paradigma fue el descubrimiento del beso”.
Este licenciado en Ciencias Empresariales fundó en la ciudad española de Barcelona, junto con otros tres profesionales (Eva Granja, María Clemente y Ferran Castellarnau), un modelo que defiende, sobre todo, la sexualidad consciente, que Granja define como, “aquella que transcurre entre dos personas que están compartiendo un espacio de intimidad y libertad en absoluta conexión con el momento presente, lejos de urgencias, estereotipos, inercias, miedos o necesidades”.
El protocolo, afirma la psicóloga especializada en neuro-rehabilitación y gerente de TTB, María Clemente, “consiste en recibir la solicitud, y una vez estudiada, la asociación sugiere una entrevista, amenizada con un café, entre asistente y usuario. Ellos expresan sus impresiones a la coordinadora de “Tandem Intimity”, que sugiere o no continuar con la asistencia. Desde ese momento, las personas disponen de total libertad para consensuar la compañía”.
Clemente resalta, sin embargo, que “cada caso es un universo aparte y que por eso, la organización estudia previamente si es necesario hacer otro tipo de consultas, antes del encuentro”.
La educación sexual, reafirma la literatura correspondiente, resulta primordial para desestigmatizar la idea de que la población con discapacidad es “asexuada”. De acuerdo con la profesional de Terapia Ocupacional, Ángela María Granero, “la sexualidad como parte esencial de la condición humana es un aspecto que no se aleja de las personas con diversidad funcional, sino que forma parte intrínseca de ellas”.
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