A 46 años del último concierto

Un 30 de enero la mítica banda inglesa daba su último concierto, un improvisado recital sobre la azotea de Apple

Se terminaba enero. El frío y el viento en la azotea de la discográfica Apple, ubicada en el corazón del centro comercial londinense, obligaba a Lennon y Harrison a usar abrigos de piel, mientras McCartney lucía un traje de tres partes y Ringo un sobretodo de hule rojo. Desde los trajes ya podía olfatearse el rumbo diferente que cada miembro de Los Beatles estaba tomando en aquellos días de 1969 cuando, hace 40 años, tocaron por última vez en vivo.

Aquel 30 de enero de 1969 Los Beatles, sin demasiada preparación, decidieron subir al techo de Apple y tocar un rato. “Queríamos tocar en algún lado, pero hubiéramos tenido que trasladar los instrumentos... así que decidimos subir al techo”, contó Ringo Starr respecto a aquel día donde, casi sin planificación, la banda, al borde del divorcio, subió a la azotea y brindó un concierto ante la mirada atónita de los transeúntes.

Era un día de semana, un día más, por lo que la banda tocó ante muchos trabajadores de la zona que estaban disfrutando de su almuerzo. Junto al tecladista Billy Preston, cuya presencia fue clave para que la banda no se dispersase, como solía hacerlo en aquellos días, en aquel ensayo en vivo, la banda subió al techo y comenzó entonando la rockera “Get Back”.

Las dos tomas realizadas de la canción, al igual que las dos de “Don’t let me down” y “I’ve got a feeling” y las versiones de “One after 909” y “Dig a pony” fueron grabadas y capturadas también en cámara, y serían parte del documental póstumo de la banda, “Let it be”: en el disco del mismo nombre, el último que la banda, ya separada, pondría a la venta, se incluyeron varias de las versiones que aquel día sonaron en la azotea.

Aquel concierto improvisado de la banda, que no tocaba en vivo hacía más de dos años, influenció a las bandas del mundo y es parte de la historia del rock, y quizás hubiera sido más épico si no fuera por el accionar de la policía, que sin dudas se ubicó en el lado incorrecto de la historia cuando decidió responder a algunas quejas por “ruidos” y preocupaciones de la ciudad por el tránsito que comenzaba a embotellarse ante tanto transeúnte magnetizado.

EL FIN

La policía metropolitana se apersonó en el estudio de Apple, pero los directivos no los dejaron entrar, al menos al principio.

Por supuesto, los oficiales hicieron uso de su influencia cuando amenazaron con meter presos a todos, y entonces la gente de la discográfica abrió sus puertas amablemente para los policías, que subieron hacia la azotea.

Cuando los oficiales se apersonaron en la azotea, la banda se dio cuenta de queque aquel último acto de rebeldía y espontaneidad rockera tenía que terminar. Pero decidieron extender durante unos minutos más el mítico momento, y, para cerrar, volvieron a entonar, por tercera y última vez, “Get back”, aunque esta vez con un pequeñoa gregado donde, sobre el final, McCartney dedicaba sutilmente unos párrafos a los oficiales de la ley

“Has estado tocando en los techos otra vez, y a tu mamá no el gusta, va a hacer que te arresten”, cantaba eufórico Paul ante la mirada de la policía.

La versión terminó (aparece en el tercer disco de “Antohology”), y tras algunos segundos de silencio, la multitud aplaudió. Pero fue interrumpida por John, que tuvo la última palabra: “Quiero agradecer en nombre de la banda y espero que hayamos superado la audición”.

El chiste de Lennon, frase emblemática de la historia de la música, fue lo último que se supo de Los Beatles sobre un escenario. Tras la publicación de “Abbey Road” la banda se separaría y, unas semanas después, saldría a la venta “Let it be, dos albumes geniales que mostraban a la vez una banda brillante pero cada día más incompatible en sus influencias y rumbos artísticos.

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EL FIN
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