El éxito turco reaviva el interés por el clásico literario “Las mil y una noches”

No sólo es un éxito televisivo ni un fenómeno que, de la mano de nombres como Onur o Sherezade, empezó a hacerse notar en algunos registros de las personas del país. La novela que todas las noches se emite en el Prime Time de El Trece también se trasladó a las librerías y, aunque poco y nada tenga que ver una cosa con la otra, disparó las ventas del clásico literario “Las mil y una noches”, una antigua recopilación de cuentos escritos en lengua árabe que sólo comparte con la ficción televisiva su título y el nombre de la protagonista.

“En los últimos días todos los ejemplares que teníamos desaparecieron”, cuenta Pablo, uno de los vendedores de la librería Rayuela, donde el clásico literario se vendía en cuatro tomos a 500 pesos pero, una vez que la novela empezó a ganar en audiencia, desaparecieron a la velocidad de un rayo.

“Nosotros le explicamos a la gente que no tiene nada que ver el libro con la novela de la televisión -aclara Pablo-, pero a la gente no le importó y se lo llevó igual”.

Nada distinto es el panorama que pintaron desde Yenny, otra de las librerías de la Ciudad. Emanuel Tomas, uno de sus encargados, contó que en los últimos días el clásico literario de origen medieval “empezó a ser cada vez más pedido y, si bien era un libro que hasta hace poco no tenía demasiada salida, ahora sólo nos quedaron dos ejemplares en versión condensada”.

Al igual que en las otras librerías, Emanuel contó que a la gente se le explica que una cosa es el programa de televisión y otra muy distinta el libro. “Al cliente se le explica que lo único que tienen en común es el título y el nombre de la protagonista, Sherezade. Pero así todo se lo llevan igual”.

Como tal vez se sepa, la Sherezade de la telenovela es una joven madre profesional que, ante a la enfermedad de su pequeño hijo, decide hacer todo lo posible por salvarlo, aunque ello implique poner en juego su propia integridad moral. Acaso otra de las coincidencias entre una y otra ficción pueda encontrarse en cierta estética del Oriente Medio, algo que el éxito televisivo aprovecha a partir de escenas filmadas en exóticos ambientes naturales de Turquía.

La telenovela, incluso, no sólo parece ser una usina de éxito sino también, como informó este diario en los últimos días, el epicentro de una fuerte polémica avivada desde el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica (CNA), cuyas autoridades salieron a pedir que la serie sea levantada dado que, según argumentaron a través de un comunicado, no consideran justo que se emita en el año en que se conmemora el centenario del genocidio armenio, una matanza que superó el millón y medio de víctimas pero que siempre fue negada por las autoridades turcas. 

Polémicas al margen, lo cierto es que la novela no para de multiplicar su audiencia y, acaso como un raro efecto rebote, potenció la venta de un libro que parecía olvidado en las estanterías de muchas librerías. Ahora ese olvido parece haber terminado -al menos durante lo que dure la ficción televisiva- y los relatos que alguna vez fueron admirados por autores como Leopoldo Lugones y Jorge Luis Borges vuelven a tener un protagonismo inesperado. Entre los principales cuentos que trascendieron en nuestra cultura sin duda que figuran “Aladino y la lámpara maravillosa”, “Simbad el marino” y “Alí Babá y los cuarenta ladrones”. Mucho tiempo después, esos relatos parecen volver ahora desde el túnel del tiempo y empujados por la tele.