Encañonaron a un nene y un bebito terminó golpeado en una entradera
| 3 de Marzo de 2015 | 23:32
En lugar de compartir con sus compañeritos el segundo día de clases del año, un nene de 8 años terminó en el medio de una entradera en su casa de Ringuelet, encañonado en la cabeza y viendo en primera persona cómo maltrataban a su mamá.
Minutos antes del mediodía de ayer se largó a llover y un par de motochorros “aprovechó esa situación para enganchar a la poca gente que quedara en la calle”, especuló un policía de la zona.
Y los únicos que andaban por 516 entre 9 y 10 era una mujer con su hijo y su sobrinito de un año en brazos. Iban a subirse al auto rumbo a la escuela, pero los ladrones les cortaron camino y los obligaron a volver a su casa.
ARRASARON CON LOS AHORROS
“Les apuntaron a ella y a mi sobrino en la cabeza, amenazándolos todo el tiempo. Uno llevaba la cara tapada”, los describió Diego (32), el cuñado de la mujer y papá del bebé.
Ni siquiera el más chiquito salió ileso. “En un momento a ella la zamarrearon, y mi nene se terminó golpeando la frente, porque mi cuñada no lo iba a soltar”, relató el hombre a EL DIA.
Durante un lapso que no está aún claro -ayer a la tarde Diego no estaba al tanto de los pormenores-, los ladrones revisaron cada rincón del domicilio. El desorden que dejaron tras su paso fue total.
Consigo se llevaron una computadora, la cartera de la mujer, una tablet y un celular. Todo lo cargaron en el Volkswagen Gol que ella había podido comprarse hace menos de medio año.
Pero sin dudas lo peor fue que los delincuentes, a fuerza de amenazas constantes, lograron ubicar en dónde la familia guardaba unos ahorros que planeaban invertir en construirse una casa en Gonnet. Toda esa plata -Diego prefirió no hablar de números- terminó en poder de los ladrones.
Uno en el auto y otro en la moto, que no se sabe si era una Honda Wave o una Biz, aunque lo seguro era que estaba mal conservada, ambos desaparecieron de escena en segundos.
“La policía tardó bastante. Y a los peritos todavía los estamos esperando”, protestó Diego cerca de las 5 de la tarde, en diálogo con este medio.
El hombre cerró con una evaluación que no por evidente es para desdeñar: “A pesar de todo este barrio es tranquilo. Es la primera vez que nos pasa algo en un año y medio. Y nos quedamos todos muy asustados: mi sobrino quedó en shock”.
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