Rendimiento escolar: cuando el problema nace en los oídos

Muchos de los déficits de aprendizaje se deben a males auditivos. Por eso, aconsejan detectarlos a tiempo

A veces, los problemas de aprendizaje entre los más chiquitos tienen motivos diversos e inesperados. Y de ellos, un alto porcentaje obedece a deficiencias auditivas que terminan provocando dificultades en el desempeño escolar.

Y es que si bien un trastorno de aprendizaje suele tener varias causas, especialistas del Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata advierten que esos trastornos podrían ser una señal de alarma sobre posibles problemas auditivos. Y que en los alumnos del nivel inicial y primario, en la mayoría de los casos pueden prevenirse.

En primer lugar, los profesionales de la entidad platense recomiendan una completa revisión auditiva, como una audiometría tonal por juego, para detectar posibles déficits.

EVITAR CONSECUENCIAS MAS GRAVES

La audición no sólo es uno de los sentidos que nos comunican con el mundo, sino que además es indispensable en el desarrollo integral de las personas. La falta de detección oportuna de problemas de audición puede tener gravísimas consecuencias que en algunos casos pueden llegar a ser irreparables. Y a veces las disminuciones auditivas pasan desapercibidas durante mucho tiempo, particularmente en los niños.

“La adquisición del lenguaje y el habla está indisolublemente ligada a la audición -explica la licenciada María Elsa Echave, miembro del Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata- y la etapa que va desde el nacimiento a los tres años de vida es un período crítico, en que el estímulo auditivo contribuye a la estructuración y diferenciación de la corteza auditiva, por lo que la privación o disminución de este estímulo durante esta etapa implica la ausencia de lenguaje o alteraciones significativas en su desarrollo”.

Según distintas estadísticas, entre 1 y 3 niños de cada mil nacimientos tiene algún grado de pérdida auditiva.

“Por eso el vínculo entre lenguaje y audición hace que sea tan importante detectar tempranamente estos trastornos -agrega la fonoaudióloga platense Elena Aceto- y en nuestro país contamos con el Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia, que comprende el screening auditivo neonatal a través de otoemisiones acústicas, además de otros estudios de diagnóstico e identificación de la hipoacusia, como potenciales evocados auditivos y audiometría tonal”.

En el caso en que en esta primera etapa de la vida del niño se haya constatado una audición normal, los especialistas señalan que la familia y los docentes deben también estar atentos en los años siguientes, dado que existen causales de pérdidas auditivas permanentes o transitorias que pueden ser leves o moderadas, y que muchas veces pasan inadvertidas.

En ese sentido, las licenciadas Echave y Aceto hacen hincapié en que “es imprescindible generalizar y sistematizar el screening auditivo previo al inicio del ciclo escolar, que se realiza a través de estudios simples. Inclusive algunos establecimientos educativos de nuestra ciudad ya lo requieren como condición antes de la admisión en la escuela”.

LOS INDICIOS

Las especialistas apuntan que muchas veces, el uso de un volumen alto en el televisor o la falta de respuesta cuando se le habla al niño fuera del campo visual, podrían ser indicios de algún grado de disminución auditiva. Y que ya en el aula, se deben tener en cuenta indicios tales como movimientos particulares del alumno que indican que no puede localizar de dónde viene el sonido, o cuando no cumple con las consignas que se le dan, o pregunta sobre estas consignas porque no llegó a comprenderlas.

Otoemisores
Los otoemisores son aparatos de exploración de la vía auditiva, vitales para arribar al diagnóstico de hipoacusia o sordera. Detecta pequeños sonidos emitidos por las células de la cóclea, que indican si el bebé oye correctamente o no
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