Chimento enigmático

Cansada de que le roben y le toquen sus pertenencias, esta talentosa artista decidió ponerle llave a la puerta de su camarín y, además, mandó a hacer un mueble a medida al que le puso dos candados. Al parecer, la rubia había dejado una cadenita de oro muy querida sobre una mesita que tiene en una especie de living y cuando regresó del escenario, ya no estaba. Puso el grito en el cielo y tomó medidas.

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